Durante todo el mes de enero la sala de exposiciones de la estación de autobuses de Andorra acogerá Hábitat, una exposición fotográfica elaborada por once miembros del grupo Lumière de la localidad turolense.
La muestra, realizada por Julio García-Aráez, Javier Alquézar Penon, Javier Alquézar Medina, Carlos Estévez, Carlos Roca, Jesús Gómez Planas, Salvador Lorén, Manuel Gracia Gascón, Rosa Pérez Romero, Roberto Morote y el Colectivo Sophoco reflexiona sobre el concepto genérico del hábitat humano. Según Javier Alquézar Penon, director del Centro de Estudios Locales de Andorra y comisario de la exposición, explica que "queríamos ir más allá de lo que comunmente entendemos por hábitat, que suele ser lo que vemos en los documentales de la National Geographic".
Según Alquézar, que también participa en la muestra, "partimos de un hábitat humano, construido, aunque después cada fotógrafo ha llevado el tema a su terreno ofreciendo visiones muy diversas". "La conclusión de la exposición es que la propia fotografía es otro hábitat recurrente del ser humano".
Así, las cerca de 30 imágenes recorren los hábitat individuales y los colectivos; los físicos o materiales y los sociales o culturales; los íntimos e introspectivos y los sociales; el espacio utópico y el fin de las ilusiones como hábitat deshabitado y abandonado; los espacios construidos por las culturas de los pueblos y los espacios culturales para la vida del intelecto; incluso la piel del ser humano convertido en hábitat de parte de su experiencia vital.
Hábitat deshabitado
Con una mirada melancólica y reivindicativa al mismo tiempo, Alquézar Penon aporta a la exposición una serie de fotografías tomadas en Andalucía en 2014, en las que se observa los asentamientos abandonados de las antiguas minas de Alquife, en Granada, y de Rodalquilar, en Almería. En una de ellas se establece un guiño irónico y terrible con el espectador mediante la placa de una de esas callejuelas abandonadas y desiertas, en las que se lee "Calle Piedra Filosofal", aquello que buscaron y jamás encontraron los antiguos alquimistas.
El deshábitat también inspira a Alquézar Medina, con una serie de fotografías que inspiran abandono y espera, tomadas en varias localizaciones de playa de la Nacional 340, la carretera del Mediterráneo, que esperan indolentes la llegada masiva de turistas.
El pintor y fotógrafo Manuel Gracia, nacido en Andorra pero afincado en Colombia, realiza una composición abstracta con elementos figurativos capturados en el Parque Nacional de los Nevados, en ese país sudamericano, donde juega con la doble vertiente del hábitat indígena amenazado y de la propia piel del hombre entendida como espacio habitado, en este caso por pinturas y tatuajes.
Pasa a la pág. siguiente
Viene de la pág. anterior
El ser humano como depositario de sensaciones y anhelos, es decir, como hábitat en sí mismo, es la temática principal también de las imágenes aportadas por el Colectivo Sophoco.
Roberto Morote también juego con el conceptualismo a través de elementos figurativos. El visitante de un muso observa a pocos centímetros la pared de una sala de exposiciones aparentemente blanca, en la que solo puede verse, en reducido tamaño, la propia definición de hábitat según el diccionario de la RAE.
Jesús Gómez, por su parte, juega con las apariencias con un montaje de imágenes y reflejos simétricos extraídos en varias tomas realizadas en el Museo Guggueheim de Bilbao en febrero del pasado año.
Reinventar los rascacielos
La arquitectura también es reflejada por Salvador Lorén, con una serie de imágenes tomadas en Mali, o por Carlos Roca, que le da una vuelta de tuerca a un hábitat con el que estamos tan familiarizados, aunque solo sea por el cine y la televisión, como Nueva York. Roca realiza dos contrapicados extremos de varios rascacielos de la ciudad norteamericano, buscando el protagonismo del cielo como espacio abierto enmarcado por las construcciones, construyendo un discurso fotográfico inverso al que suele inspirar Nueva York, donde las nubes enmarcan sus característicos edificios.
Rosa Pérez se inspira en los hábitat culturales con dos conceptos muy diferentes de espacios expositivos; el edificio Tabacalera de Madrid y un museo en la localidad francesa de Lille.
El espacio social es el elegido por Carlos Estévez, con varias imágenes tomadas en la calle en las ciudades polacas de Wroclaw y Poznan.
Las fotografías, expuestas en gran formato, fueron en un principio concebidas para ser expuestas en las calles andorranas, "mediante algún soporte que permitiera su exhibición en plena calle sin que les afectaran la lluvia o el sol". Cuestiones presupuestarias han impedido llevar a efecto esa idea original, pero finalmente la exposición ha salido adelante y las imágenes podrán verse durante el mes de enero en la estación de autobuses de Andorra, un peculiar hábitat para el grupo Lumière al que el Centro de Estudios Locales de Andorra ha dado vida.
Autor:Miguel Ángel Artigas Gracia Teruel