La consejera de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez, anunció ayer que se está trabajando en la puesta en marcha de un Plan Integral de Castellología que permita evaluar, recuperar y poner en valor este rico patrimonio del que dispone el territorio. La propuesta se dio a conocer durante la presentación en la localidad turolense de Albentosa de un proyecto piloto, coordinado por la Asociación para la Recuperación de los Castillos Turolenses (Arcatur), para desarrollar el plan director de diez fortificaciones de la provincia.
La consejera reconoció que las administraciones han focalizado los esfuerzos en la rehabilitación del patrimonio religioso pero que este tipo de restos históricos también tienen una gran importancia ya que hay unos 600 vestigios en la provincia, de los cuales 84 están declarados Bien de Interés Cultural (BIC) y más de medio centenar están pendientes de su calificación.
"A través el trabajo y del estudio riguroso de profesionales y de la sociedad civil, a través de recreaciones históricas, hemos visto un nuevo potencial que es ese patrimonio con castillos", señaló.
Para Pérez, la recuperación de las fortificaciones aporta un plus no solo "histórico y patrimonial sino también turístico y económico".
En cuanto a las partidas económicas para desarrollar esta iniciativa, la responsable autonómica recordó que este primer proyecto presentado ayer está financiado por la Dirección General y que si se tienen presupuestos para 2017 se seguirá apostando por la "recuperación del patrimonio" y habría "una partida para ello".
Proyecto Castillos
El Proyecto Castillos de la asociación Arcatur se presentó ayer en el Ayuntamiento de Albentosa, localidad que apuesta por la recuperación de su fortaleza templaria, como señaló su alcaldesa, Yolanda Salvador. El arqueólogo Javier Ibáñez explicó que se ha hecho una selección de diez restos de edificaciones defensivas en diferentes puntos de la provincia con el criterio de coger aquellos especialmente problemáticos o por su estado de conservación o por el pequeño tamaño del municipio.
En concreto, se trata de los castillos de Albentosa, Camarillas, Cutanda, Santa Croche, Tornos y Villel, así como el recinto de Cedrillas, la torre de La Hoz de la Vieja, la iglesia fortificada de Jabaloyas y el palacio de Mirambel.
Ibáñez indicó que se busca disponer de información actualizada, saber en qué estado se encuentran, sus problemas, sus potencialidades turísticas, así como la realización de propuestas de intervención.
La idea no es solo restaurar este patrimonio sino poder dotarlo de contenido para que sea un verdadero recurso turístico para el municipio donde se encuentre cada castillo. Para ello se va a desarrollar el plan director de cada una de estas edificaciones defensivas ya que el primer obstáculo para actuar muchas veces es la dificultad para tener estos estudios previos, según señaló el arqueólogo.
Ibáñez también comentó la importancia de informar sobre los posibles incentivos fiscales a la rehabilitación de los Bienes de Interés Cultural, como un vía a la entrada de financiación privada. En este sentido en Teruel hay 84 monumentos de este tipo que son BIC y unos 50 más están en proceso para lograr este figura de protección.
Un filón por explotar
El presidente de Arcatur, Rubén Sáez, insistió en el enorme potencial que tiene este patrimonio para Teruel. "La provincia es la más fortificada de toda la Península", afirmó y puntualizó que hay 600 restos de los siglo VIII a XIX, pero advirtió de la necesidad de inventariar los restos para "poder vender" este atractivo. "Es un filón por explotar", aseguró el historiador que destacó que es un motor de desarrollo y en este sentido puso como ejemplo los 30.000 visitantes que recibe al año el castillo de Mora o los 20.000 del de Peracense.
Autor: I. Muñoz/ Albentosa