Solo seis de las 22 personas que figuran en las bolsas de trabajo de atención sociosanitaria (ayuda a domicilio y estancias diurnas en centros de día) de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos son susceptibles de ser solicitadas debido a la elevada demanda de empleo en el sector. Esta situación supone un extra de motivación para los ocho alumnos-trabajadores del taller de empleo de esta temática que la Comarca ya ha iniciado a través del Inaem.
"Creo que podré encontrar un empleo en este sector", se ilusionaba ayer Pilar Elías, una vecina de Andorra que trabajó para la Comarca antes de que esta comenzara a exigir un título específico para atender a personas mayores y con discapacidad.
Precisamente, el de ex trabajadores sin titulación es uno de los perfiles de quienes llevan formándose en atención sociosanitaria desde la semana pasada y hasta el 31 de agosto. "También hay gente procedente de otros ámbitos que ve que por ahí no tiene salida laboral y ha decidido reinventarse", explicó la directora del taller de empleo Atención sociosanitaria en el domicilio y en instituciones, Paula Aure.
De todos los talleres de empleo de que ha dispuesto la Comarca, probablemente este es el que mayor salida laboral ofrece porque las bolsas de trabajo de esta administración se vacían con facilidad. "Se nos agotan las bolsas, no tenemos suficiente personal formado", aseguró la agente de desarrollo local, Gemma Briz, quien explicó que les es complicado encontrar personal con las titulaciones que la legislación requiere para trabajar con personas dependientes.
Algunas de estas titulaciones son las dos que se pueden alcanzar con esta acción formativa, que además de enseñar a los estudiantes les garantiza una remuneración en base al salario mínimo interprofesional. Se trata de sendos certificados de profesionalidad, uno de atención sociosanitaria a personas dependientes en el domicilio y otro en instituciones sociales como centros de día o residencias.
Según dijo Aure, las labores que podrán desempeñar quienes obtengan el certificado pasarán por la atención en cuanto a higiene y alimentación de personas dependientes, acompañamiento, fomento de ocio o motivación. También podrán trabajar con personas con discapacidad, por ejemplo en pisos tutelados ayudándoles en las tareas domésticas y supervisando su convivencia.
"Las administraciones contratan tanto a personas con certificado de profesionalidad como a aquellas que tienen un grado medio", garantizó la directora, quien explicó que el cien por cien de las personas que se apuntaron a un taller de empleo idéntico en Daroca estaban trabajando al día siguiente de obtener el título. "El que realmente quiera trabajar de esto, lo hará", sentenció.
Esta situación no hace sino motivar a estos ocho estudiantes, que accedieron a la formación tras superar un examen y una entrevista personal. Se presentaron más de 20 personas. "Es imprescindible tener la ESO o prueba de acceso a grado medio", explicó Aure, para quien la primera semana de clases teóricas está siendo muy gratificante porque "es un grupo colaborativo y muy activo; por el momento no hay que tirar de ellos", apuntó.
Todos valoran la "súper oportunidad" que han tenido de acceder a este taller de empleo, que les permite formarse mientras reciben un salario. "En Valencia no conocía nada parecido", dijo Miguel Ángel Palacios, que reside en Andorra desde hace cuatro años. "Si no hay industria, algo hay que hacer", manifestó. Él es cocinero y lleva en paro desde agosto. "Andorra tiene mucha hostelería, pero de poca calidad", indicó, por lo que es difícil hacerse un hueco. Ha visto en esta formación la posibilidad de "tener otro título para buscar una salida laboral".
A Elías le gustaría trabajar en una residencia o centro de día, aunque tampoco le haría ascos a la ayuda a domicilio. Considera importante obtener el título para reinsertarse en el mercado laboral y por ello ya se lo estaba sacando por la Escuela de Adultos. Ahora lo conseguirá de forma más ágil, ya que hacen jornada intensiva de siete horas. Por el momento estudian teoría, pero en marzo empezarán a acudir a centros de día y domicilios para aprender sobre el terreno.
Elías llevaba dos años en el paro, por tres Anabel Martínez, vecina de Ariño que por primera vez accede a un taller de empleo. Ella ha estado en supermercados y le gusta trabajar de cara al público.
Mireya Rieutord, otra de las alumnas-trabajadores, tiene más de 45 años, una franja de edad para la que "hace mucho que no hay oportunidades laborales". "En Andorra no hay nada, ni escaleras" para fregar, lamentó.
El grupo está convencido de que si las administraciones se ponen las pilas y destinan fondos para la aplicación de la Ley de la Dependencia, la atención sociosanitaria será un nicho de empleo importante, sobre todo en el medio rural en el que la población está más envejecida. Pero, además de aspirar a ganarse la vida con ello, valoran que podrían ayudar "a personas que realmente lo necesitan", por lo que su trabajo será "gratificante".
Este taller de empleo, dirigido a personas desempleadas mayores de 25 años, cuenta con un presupuesto de 110.024,51 euros.
Autor: Marcos Navarro / Andorra