La central térmica de Aliaga fue un referente a nivel nacional por su capacidad para fabricar electricidad en los años 50 y ahora, 70 años después, buscan convertirla en el punto de mira internacional para el patrimonio y el turismo industrial. El Ayuntamiento de la localidad ha firmado un acuerdo con la Fundación Iberoamericana de las Industrias Culturales y Creativas una entidad sin ánimo de lucro especializada en el impulso de proyectos vinculados al patrimonio industrial– y el objetivo es desarrollar un proyecto que se hará en fases y que incluye la restauración de los edificios de la central para convertirlos en espacios museísticos y de creación artística.
El primer paso tendrá que ser, no obstante, la adquisición del complejo, que desde hace unos años está en manos de particulares. El alcalde, Sergio Uche, matiza que ya han establecido contactos y que los dueños no solo están dispuestos a vender sino que además están encantados con el proyecto a desarrollar.
El patrimonio industrial cobra cada vez más importancia tanto desde el punto de vista del arte como desde el turismo o la educación. Y el proyecto que plantean para Aliaga, que tendrá una gestión mixta con participación pública y privada, incluye todos esos campos. En este sentido, María Giménez, que es la precursora de la idea y coordinadora del trabajo que se va a iniciar ahora, especifica que se contempla la creación de un "proyecto museológico" en el que la energía será la protagonista. Pero además, propone que el espacio sirva para que los artistas de diferentes disciplinas se inspiren y, a su vez, sea un lugar donde expongan su obra. "Emplear el patrimonio industrial como referente para sus obras ahora está de moda y la central es en sí misma un elemento muy plástico", dijo Giménez.
Todo ello se completará con las visitas de estudiantes de todos los niveles porque, como recalca el presidente de la Fundación Iberoamericana de las Industrias Culturales y Creativas, Santiago Arroyo, el proyecto busca "posicionar Aliaga como referente en el patrimonio industrial de España y el sur de Europa". El espacio debe autofinanciarse y para ello lo convertirán en un centro de formación para colegios, institutos y universidades. Arroyo comparó el proyecto que ahora se inicia en Aliaga con el Museo de la Ciencia y la Energía de Manchester, "donde todos los días hay colas para entrar".
Pero el presidente de la Fundación va más allá y añade que las posibilidades "son infinitas" y los usos futuros dependerán de las demandas e intereses de las empresas y vecinos de la zona. "Las fábricas son las catedrales del siglo XXI y Aliaga tendrá una muy importante", matiza.
El alcalde de Aliaga, Sergio Uche, está encantado con el proyecto tanto a nivel institucional prevén la creación de entre ocho y diez puestos de trabajo como personal, puesto que su abuelo llegó a la localidad para la construcción de la central y él mismo estuvo empleado en las labores de desmontaje de las calderas y turbinas cuando cerró en los años 80.
Santiago Arroyo comenta que uno de los pilares para desarrollar el proyecto es implicar a los vecinos de la zona. Así, pretenden que los empleos que se creen los ocupen personas que residan allí. Además, también quieren que los lugareños colaboren rastreando en su memoria para elaborar el proyecto de musealización. Con el fin de recopilar información pondrán en marcha ya este verano un taller de empleo.
Uche plantea implicar a las empresas energéticas que operan en el pueblo, la central de cogeneración de Cinca Verde y el parque eólico de Comiolica. Además busca que Endesa se sume a un proyecto "que es parte de su historia" ya que Eléctricas Reunidas de Zaragoza fue quien construyó la central .
El alcalde comenzará las próximas semanas a entrevistarse con responsables institucionales para obtener financiación pública para la compra primero y después para la restauración y reconversión del edificio. El Ayuntamiento quiere a toda costa preservar el complejo y para ello lo va a declarar Bien de Interés Local con el fin de evitar su modificación y de cara a facilitar la recepción de subvenciones.
La primera fase del proyecto comenzará de inmediato porque desde la Fundación Iberoamericana de las Industrias Culturales y Creativas ya están buscando un local para instalar su oficina y comenzar a preparar los informes que presentarán para obtener ayudas públicas. La redacción del proyecto y la elaboración de toda la documentación técnica del mismo tendrá un coste de entre 20.000 y 25.000 euros. También se van a desarrollar acciones para dar a conocer el complejo, como la edición de folletos o la creación de una página web.
Entre las primeras iniciativas que van a desarrollar está la realización de una exposición sobre la historia de Aliaga vinculada a la central. En este sentido Uche apunta que son aspectos imposibles de separar para un pueblo que llegó a tener 2.000 habitantes cuando la térmica funcionaba y ahora no llega a 400. Pero además, desde la Fundación Iberoamericana de las Industrias Culturales y Creativas plantean la realización de un festival de música en primavera o verano que sirva para presentar el proyecto.
Rehabilitación costosa
La rehabilitación del edificio será compleja y costosa puesto que aún hay muchos materiales contaminantes que deben ser retirados y tratados por empresas especializadas, dice Giménez. Entre ellos destaca el amianto de la cubierta de uralita, que será sustituido por fibra de cemento, que tiene el mismo aspecto pero sin riesgo de contaminación.
Aunque ya no quedan calderas ni turbinas, los montones de escoria y las manchas de azufre en el suelo recuerdan que allí se quemaron toneladas y toneladas de carbón. Tantas que se agotaron las tres minas que había en Aliaga: Hoya Marina, Las Eras y Campo, desde las que se construyó un cableado aéreo de 13 kilómetros de longitud para trasladar el carbón en vagonetas a la central. La última explotación cerró en el año 1962 y hasta 1980 el carbón que se empleó en la térmica procedía de otras zonas de la provincia de Teruel. Finalmente ERZ decidió clausurarla porque era más rentable quemarlo en las centrales de Escucha y Andorra, abiertas ya en ese momento.
Autor:M.?Cruz Aguilar Aliaga