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Una alternativa a los encuentros sexuales “face to face”: sexting Una alternativa a los encuentros sexuales “face to face”: sexting

Una alternativa a los encuentros sexuales “face to face”: sexting

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Grupo Psicara

Por Berta Maté Calvo

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. Esta vez, vamos a poner sobre la mesa un tema que se gesta y se desarrolla en la red, pero que repercute en nuestra vida off-line: el sexting.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) han irrumpido desde hace décadas con gran fuerza en nuestra sociedad. Tal es el impacto que muchas personas, especialmente adolescentes y jóvenes, interactúan con sus iguales de forma digital, dejando prácticamente aislado a quien no hace uso de estas redes. El teléfono móvil se ha convertido en un medio para comunicarnos durante las 24 horas del día, convirtiéndose en algo indispensable para casi cualquier actividad. Por ello, vamos a ver cómo se relacionan dichos avances tecnológicos con una de las áreas centrales del ser humano: la sexualidad.

Debido a su reciente aparición y a la pluralidad de conductas que recoge, no existe una definición unánime del término sexting. A pesar de ello, podemos decir que esta práctica hace referencia al envío o recepción de mensajes, imágenes y/o vídeos con un contenido sexual explícito a través de un dispositivo electrónico, ya sea mediante el teléfono móvil, correo electrónico o a través de otras plataformas en Internet (por ejemplo, Facebook).

Algunas preguntas frecuentes que envuelven a este concepto son: ¿es recomendable sextear? ¿al hacerlo estoy asumiendo riesgos de gran magnitud? ¿se puede llevar a cabo de forma segura? La respuesta a estas cuestiones, como a muchas otras, empieza por “depende”. Y, ¿de qué depende? En muchos casos, del uso que hagamos de esta herramienta.

Existe una tendencia a demonizar determinados hábitos sexuales, posiblemente por el aura de secretismo y culpabilidad con el que a menudo se aborda la sexualidad. Sin embargo, y tratando de arrojar algo de luz al respecto, cabe resaltar que es posible realizar sexting dentro de una relación responsable, sana y adulta. Eso sí, para que cada uno sea libre de decidir cómo potenciar su sexualidad de una forma saludable, es necesario conocer los riesgos a los que se expone, así que vamos a analizarlos con más detalle a continuación.

La facilidad para difundir dichas imágenes a terceros, ya sea con o sin consentimiento, puede suponer un gran estresor. A esto se le añade la escasa comprensión del alcance que tiene enviar archivos sexuales por la red, probablemente derivado de determinados rasgos de personalidad como la impulsividad, la inmadurez asociada al nivel evolutivo de los adolescentes y la creencia sesgada de que dichas prácticas son inofensivas y comunes entre su grupo de iguales. 

La presión, chantaje, explotación y/o ridiculización que puede darse contra la persona fotografiada aumenta el riesgo de exponerla a sufrir grooming y cyberbullying. Ambos términos hacen referencia a problemas recientes relacionados con la seguridad de los más jóvenes en Internet. El grooming consiste en los intentos por parte de un adulto de obtener gratificación sexual mediante el contacto online con uno o varios menores. En ocasiones, los jóvenes envían fotos suyas a adultos en quienes confían a pesar de ser desconocidos, ya que pueden hacerse pasar por amigos o ligues de su edad. A su vez, el cyberbullying se relaciona con la extorsión que puede sufrir el individuo derivada de sus imágenes privadas.

Así mismo, un mal uso del sexting se ha asociado con problemas psicosociales, con la realización de conductas sexuales de riesgo (por ejemplo, ausencia de preservativo), con abuso de sustancias y con problemas de salud mental, tales como depresión, victimización e intento o consumación del suicidio.

Familiares, amigos, profesionales, etc. deben asumir como una prioridad prevenir y tomar medidas ante cualquier indicio de sexting irresponsable, actuando con rapidez para minimizar los posibles daños. Para lograrlo es necesario que los adolescentes tomen conciencia de lo importante que es preservar su intimidad haciendo un uso responsable de las tecnologías. Algunas consideraciones básicas incluyen:

Recapacita antes de actuar: Todo aquello que sale de nuestro teléfono móvil es, desde ese mismo momento, irrecuperable. A partir de ahí, escapa de nuestro control y puede llegar a cualquiera. Una vez hecho, no hay marcha atrás.

Si aparecen menores de edad, se está cometiendo un delito de pornografía infantil: Ya sea por la creación, posesión o distribución de material protagonizado por personas que no han cumplido los 18 años de edad. Se recomienda eliminar dichos archivos, así como ponerlo en conocimiento de las autoridades si hay alguien que pudiese estar siendo dañado.

La no-distribución: Contar con una imagen en tu teléfono móvil no te otorga el derecho de hacer con ella lo que quieras, por ejemplo, no debes reenviársela a terceras personas.

¡No te mantengas al margen!: Cuando se hace un uso inadecuado del sexting y éste da lugar a humillación o acoso, la víctima sufre y pueden aparecer consecuencias muy serias. Si con tus acciones lo promueves, eres responsable y pasas a ser partícipe del malestar de quien lo padece. Si te callas, si no tomas partido, si te mantienes al margen, con tu silencio no impides a quien acosa y hiere que deje de hacerlo. Denunciar los abusos sí que va contigo y todos tenemos algo que aportar ante las situaciones de injusticia.

Para concluir, recuerda que el sexting puede ayudar en tus relaciones generando cercanía y siendo un aliciente para tener relaciones sexuales más placenteras. Intentemos que la distancia de seguridad no nos impida seguir disfrutando. Sin embargo, no olvides que un ejercicio inapropiado de sexting puede tener costes elevados. La conciencia social  y las TICs deben ir siempre de la mano, comunícate con la otra persona, llegad a un acuerdo en el que ambos os sintáis cómodos, respeta, cuida y cuídate. Solo de esta forma podremos potenciar y gozar de nuestra sexualidad.