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Besitos de alioli: un exceso de hedor nos hace perder el juicio Besitos de alioli: un exceso de hedor nos hace perder el juicio

Besitos de alioli: un exceso de hedor nos hace perder el juicio

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Francisco Herrero

Lunes, 12 de octubre. Turismo rural

Lo hemos conseguido. La ruta senderista señera de Calomarde por la ribera del río Blanco es hoy portada de Diario de Teruel porque se ha convertido en el Zara del turismo de naturaleza. O, al menos, en un renovado Simago. Esto lo interpreto yo, no esta comedida cabecera insigne que tiene a bien acogerme cada domingo y que titula con un informativo “La provincia vive uno de los mejores puentes del Pilar de los últimos años”. Y sin gentes de Madrid, añado yo.

La naturaleza es un lugar inhóspito para muchos habitantes de la ciudad. No hay nada de asfalto, los animales silvestres andan sueltos y algunas plantas pican si las tocas. Lo peor de todo es que, a veces, no hay cobertura de esa compañía que te lo promete todo por muy poco y no es posible actualizar el estado de tu red social favorita. La manera de que el entorno sea un poco menos agreste es petarlo de congéneres estridentes y estar así en buena compañía.

¿Imitar el modelo de Gandía, en la medida de lo posible, es lo que queremos para nuestras sierras? Tengo la sensación de que hay muchas opiniones a favor de ese patrón. El día que la provincia lleve a FITUR un par de fulanos a tope de clembuterol enfundados en ropa de aventura, como hizo hace años la ciudad mediterránea con un par de churris embutidas en un bikini rojo, será nuestro final como reducto salvaje.

Martes, 13 de octubre. Besitos

“Lo superé. Ahora dicen que estoy inmunizado. ¡Me siento tan poderoso! Puedo andar entre ese público y dar besos a todo el mundo del público. Voy a besar a los tíos y a las bellas mujeres y todos. Os voy a dar un beso muy gordo”, acaba de soltar Donald Trump en uno de esos mítines descerebrados de la campaña republicana para la presidencia de Estados Unidos. ¿Quién no moriría por uno de esos besitos del magnate? No le hace ascos a nada ni a nadie. No te lo va a negar, que está en elecciones.

Hay besitos de buenas noches, besitos robados, besitos de ángel, besitos sorpresa… pero, ¿cómo deberíamos encajar hoy un besito de Trump? ¿Será, quizás, el beso de Judas?

Miércoles, 14 de octubre. Con alioli

“Porque si aprietas demasiado a los restaurantes, y por tanto te llevas por delante el negocio de millones, bueno, de miles de familias, lo que estás haciendo es que el contagio al final se vaya a las casas. Porque los ciudadanos, al no poder fumar, al no entender las normas, al irse pronto a casa, acaban yéndose a las viviendas. Y eso es mucho peor”, ha razonado la presidenta del gobierno de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a una Ana Rosa Quintana más intelectual que nunca.

Es evidente que es mucho mejor pillar el coronavirus en un divertido bar que un triste hogar compartido de sesenta metros cuadrados, interior, sin ascensor ni terraza. ¡Cómo nos conoces, bandida! No entiendo por qué recibes tantas críticas, si tus discursos son tan misericordiosos. No puedes negar que has recibido el beso de la sabiduría de Donald Trump. Por cierto, el bocata de calamares me lo pones con alioli, cielo.

Jueves, 15 de octubre. Mujeres rurales

A ver, mujer rural, ¿tienes perfil en Tinder? Porque mi amigo Carlos ha venido a Aguatón varias semanas y ha tenido que abrir tanto el radio de acción que casi tiene que irse a Zaragoza para concertar una cita. Yo entiendo que estás ocupada elaborando quesos artesanos, plantando habas en el huerto o yendo de pastora, pero date una alegría de vez en cuando. ¡Ah! Que os ofrecieron barata la vivienda municipal porque aportabas un plantel importante para mantener abierta la escuela y recibes presiones para seguir perpetuando la especie. Veo que no tienes tiempo, aunque no te falten las ganas de una canita al aire. Te entiendo. Mi primera pieza en este diario se titulaba “¡Qué dirán!” y tú vives en esa tesitura de forma permanente. 

La antropóloga Àgueda Vitòria nos resume qué es ahora una mujer rural: “Basta de la imagen de niña de misal, por favor, en los carteles. En los pueblos también hay putas, locas, trans, pobres, licenciadas, analfabetas, que se hacen las uñas todas las semanas, tatuadas, adictas, solteras, promiscuas. ¡Basta ya de virgencitas!”. Si es que, al final, la vida de la mujer rural de hoy en día no es tan diferente de la urbana. O no debería ser muy diferente, si es que vamos por el buen camino.

Viernes, 16 de octubre. Ambigüedad

Valentino la ha liado parda. El campeón del mundo de motociclismo, Valentino Rossi, se ha infectado con el coronavirus y ha agradecido a Dios, a la Virgen y a todos los santos haberse dado cuenta en casa, Italia. “Si tengo que aislarme diez días en Aragón, me tiro por el balcón”, ha afirmado el piloto entre risas. Hay que puntualizar que para Valentino decir Aragón, por el premio de MotoGP, es decir Alcañiz. Tan pagados y pagadas que estábamos en Teruel con que éramos la nueva potencia turística, y segura, y nos llega una somanta desde la península de los Apeninos.

Javier Lambán se ha tomado muy en serio la afrenta y ha salido para defender nuestra tierra: “Vuelva usted cuando quiera pero, por favor, cúrese antes. Pero, ¡cúrese del todo que la COVID no es su principal problema de salud!” No tengo muy claro si nuestro presidente ha calculado la ambigüedad de las palabras. Si fuera uno de sus asesores de comunicación y me hubiera preguntado, le hubiera recomendado que reflexionara antes de darle al botón de publicar. Aunque se lo habría dicho tantas veces antes que, lo más seguro, ya me habría puesto de patitas en la calle hace mucho.

Sábado, 17 de octubre. Hongos

Leo en Diario de Teruel unas declaraciones del presidente de la Comunidad de Albarracín, Benito Lacasa, donde asegura que se han vendido pases para la recogida de hongos en los montes acotados aunque hay poco que recolectar por la falta de lluvias y las temperaturas bajo cero.

Al parecer, según se deduce de la noticia, a la gente le gusta salir al campo y dar paseos, a pesar de no poder recoger hongos.

¿Será una de las consecuencias de ser el Zara del turismo de naturaleza? La gente paga por cualquier cosa y obtiene un derecho de uso, disfrute y destroce. 

Domingo, 18 de octubre. Prioridades

Me lo quitan de las manos. Hará tres o cuatro semanas se supo que un museo de Londres valoraba vender una pieza de Miguel Ángel para no tener que despedir a un porrón de personal. Salieron muchas voces en contra. Pues ayer me enteré que en Estados Unidos se había abierto la veda por la crisis que se avecina y algún museo ha puesto a subasta varias obras de arte. Habrá que buscar por internet por si hay algún saldo.

No es la primera vez que pasa esto. El MoMA de Nueva York vendió un Degas para comprar Las señoritas de Aviñón de Picasso. El coronavirus, sin embargo, va a provocar que las colecciones se aligeren para ir pagando sueldos o la reforma del edificio de la exposición. Cuestión de prioridades.

La foto de la semana / La vista

Hay escenas que te cambian la manera de ver la vida. Esta es una de ellas. A mí me la ha cambiado y estoy seguro que a ti también te pasará. “Me alegra la vista el culo ciclista” es una frase de sabiduría popular que nunca antes había escuchado o leído. Parece mentira. Si montas, vas a notar cientos de miradas indiscretas. Si caminas o conduces, ya no podrás fijarte en otra cosa. No te digo nada sobre ver las transmisiones televisivas del Tour de Francia. Se acabó eso de disfrutar de las vistas aéreas de bosques, monumentos locales de interés, simpatizantes que berrean mientras portan una ikurriña o performances del campesinado. Ahora gozarás con decenas de atributos más terrenales.