El Ministerio de Transición Ecológica elaborará un plan que garantice alternativas al carbón hasta 2025

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, recalcó ayer su intención de lograr en el horizonte 2020-2025 una salida social y económica justas para las comarcas mineras afectadas por el previsible cierre de centrales térmicas mediante un plan estratégico alternativo al monocultivo del carbón.

Ribera reiteró el compromiso del Gobierno de buscar soluciones para las zonas donde la falta de anticipación para la reconversión ha hecho que la situación sea “dramática”. Lo hizo en un desayuno informativo de Fórum Europa en el que participó el subdelegado del Gobierno en Teruel, José Ramón Morro, quien preguntó por escrito a la ministra acerca de la situación en la que se encontrará la comarca Andorra-Sierra de Arcos si Endesa no realiza las inversiones medioambientales en su planta andorrana y no alarga su vida útil hasta más allá de 2020.

“La afirmación que ha hecho la ministra es que ella tiene acordado con el presidente de Aragón, Javier Lambán, llegar a un acuerdo con los representantes políticos de la Comunidad Autónoma y los agentes sociales para trazar un plan alternativo, dentro del horizonte 2020-2025, para territorios con monocultivo del carbón”, manifestó Morro en declaraciones a este periódico.

De esta forma se materializaría el “compromiso” de lo que la ministra “está llamando una salida justa de la situación, tanto a nivel económico como a nivel social, que posibilite que la gente que vive allí y quiera seguir viviendo allí con trabajos dignos pueda hacerlo”, incidió el subdelegado.

“Poco recorrido” térmico

Pese a que los sindicatos y la patronal minera negocian –hoy habrá una nueva reunión– con el Ministerio para la Transición Ecológica que las minas que hayan alcanzado la rentabilidad puedan seguir en activo a partir de 2019, los puestos de trabajo no se mantendrán en la cuenca minera turolense si Endesa ratifica su intención de no invertir en la térmica de Andorra.

En este sentido, la ministra Ribera, que en noviembre visitará Andorra, recordó que las térmicas tienen un marco comunitario que viene dado desde hace años y serán los titulares de las mismas los que echen cuentas y decidan si es rentable hacer las adaptaciones exigidas para seguir abiertas, si bien manifestó que estas instalaciones tienen “poco recorrido”, como mucho diez años. 

La titular del Ministerio indicó que al Gobierno sólo le compete determinar hasta qué punto afecta o no a la seguridad del suministro su cierre para autorizar o no su clausura.

En este sentido, señaló que antes de que finalice el año –el plazo inicial era el pasado mes de septiembre– el Gobierno presentará el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que serán las primeras piezas de la estrategia de descarbonización de España. Ribera recordó que el Gobierno está comprometido con los objetivos europeos de reducción de emisiones para 2030 y 2050.

“El cambio de modelo energético no solo es una realidad sino una emergencia conocida”, por lo que “hay que hacerlo sí o sí”, dijo Morro. En cualquier caso, el carbón sigue siendo necesario en el mix energético a la luz de su participación este año de en torno al 17%, por lo que la ministra “se ha mostrado quizá un poco más abierta o accesible a ampliar a 2025” el fin de las térmicas. No obstante, la decisión siempre responderá al marco comunitario y a que las eléctricas encuentren rentabilidad a las inversiones que tienen que realizar sí o sí.

Regulación y fiscalidad

Ribera dijo que se van a “repensar” las señales regulatorias y fiscales sobre la energía en los próximos meses para que, con la participación de los agentes implicados, se puedan adaptar para activar la transición energética.

Ribera aseveró que la electricidad “tiene un futuro brillante” y hay una capacidad de mejora importante, si se hacen adecuaciones y ajustes en algunos elementos. Manifestó que se va a crear un grupo de trabajo de manera inmediata y que se quiere empezar ya a discutir propuestas a principios de 2019 para la reforma del mercado eléctrico.

Expresó su intención de que se introduzcan alternativas que permitan un funcionamiento respetuoso del mercado y que faciliten la confianza de los inversores, sin que eso suponga la aparición de retribuciones excesivas que dificulten el proceso de transición energética.

Dijo que el cumplimiento de los objetivos de clima obliga a plantear una revisión del sistema eléctrico, que en el futuro estará basado en renovables, con horquillas de precios razonables.