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La ilustradora Laura Rubio expone en el Centro Buñuel Calanda: “No hay que obsesionarse con la búsqueda de un estilo propio”

Parte de su trabajo se puede ver hasta el 7 de julio
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En la primavera de 2015 asomó la cabeza con solo 19 años, mientras cursaba 2º de Bellas Artes en el Campus Universitario de Teruel. Unos meses antes había enviado unos bocetos a la editorial aragonesa GP Ediciones. Daniel Viñuales, que reconoce un buen cómic en cuanto lo ve, le propuso publicar. Así vio la luz Zilia Quebrantahuesos, el primer cómic editado de Laura Rubio, una brillante ilustradora nacida en Zaragoza pero formada en Teruel, que hoy en día pasa por ser una de las grandes promesas del cómic aragonés y nacional. 

Una muestra de su trabajo, en la mayor parte todavía inédito, podrá verse hasta el próximo 7 de julio en el Centro Buñuel de Calanda, durante la exposición organizada por la Fundación Mindán Manero. 

En la exposición pueden verse unas treinta obras de la artista, aunque curiosamente ninguna pertenece a ese primer cómic. Zilia ha tenido cierto recorrido, porque su ambientación aragonesa lo hizo perfecto para estrenar la serie de cómics en lengua aragonesa, que el Gobierno de Aragón puso en marcha en septiembre del año pasado con Zilia Cluixiuesos. Sin embargo la técnica y el estilo de Laura Rubio, que dibuja cómic desde los 14 años, ha evolucionado tanto en los dos últimos que casi no se reconocen en él los rasgos mangas de la heroína protagonista de su ópera prima. 

Su segundo cómic, Queronea, es mucho más europeo, maduro y personal. Como el primero, guion, dibujo y color son obra suya –algo muy atípico en el cómic profesional–. Queronea, basado en la batalla en la que los macedonios derrotaron a Atenas y Tebas en el IV a. C., se parece más a un libro de arte que a lo que todos entendemos por un cómic. También está publicado por GP Ediciones y el año pasado consiguió el Premio a la Mejor Obra Aragonesa en el Salón del Cómic de Zaragoza 2017. 

En la muestra del Centro Buñuel Calanda pueden verse, entre el material expuesto, varias páginas de Queronea, en las que se aprecia perfectamente la querencia cinematográfica de Laura Rubio, que transforma algunas de sus viñetas, a página completa e incluso a doble página, en auténticos fotogramas de película con un trazo y una distribución de las gamas tonales minimalista. 

Sin embargo la mayor parte del material que se encuentra en la sala de exposiciones son ilustraciones sueltas e inéditas. “La oportunidad de exponer en el CBC era demasiado buena para llevar solamente cosas de Zilia o de Queronea, que como está publicado es lo más fácil de conocer”, explica la ilustradora. “Así que preferí exponer cosas que se conocen menos”.

La mayor parte de esas ilustraciones responden al proceso de investigación que Rubio lleva a cabo continuamente. La selección de las obras se llevó a cabo junto a Laura Mindán, comisaria de la exposición, “e intentamos que reuniera la mayor parte de aspectos posibles, que fuera variada” en cuanto a lo que se puede encontrar en el portfolio de la autora. “Son ilustraciones realizados por placer, que realizo para estudiar gamas de colores, técnicas o proporciones”.

Por técnica, prevalece el proceso habitual en Laura Rubio, que es atacar la ilustración con tinta china y rotulador en primer lugar y aplicar color a través del ordenador, aunque también pueden verse varias piezas acabadas en acuarela. 

Con todo, Laura Rubia rehuye hablar de “técnicas favoritas”. “La técnica que apliques depende del trabajo que tengas que desarrollar, porque cada tema tiene un medio más adecuado para resolverse”, resume la autora, que sin embargo reconoce que la popularización del diseño digital proporciona un valor añadido a las técnicas tradicionales, “sobre todo a sectores del público a quienes les gusta coleccionar originales”. Según la zaragozana afincada en Teruel, donde acaba de terminar el máster de Profesorado de Secundaria en la  especialidad en Dibujo y Artes Plásticas, “quizá el libro infantil y los cuentos te piden una acuarela cálida, pero para la cartelería o la publicidad el color digital te ofrece un acabado más limpio”. “En cualquier caso, no son reglas fijas sino directrices”, concluye. 

 En cuanto a la temática que interesa fundamentalmente a Laura Rubio, a través de las obras expuestas se comprueba que las mitologías, los seres fantásticos, el folk y la cultura oriental se alternan con lo cotidiano entre sus leit motiv más habituales en sus dibujos. 

Estilo reconocible

Entre sus numerosos encargos, Laura Rubio ha sido la autora de  tres entrevistas en formato cómic que ha publicado DIARIO DE TERUEL en su número especial del Diario de las Bellas Artes en sus tres últimas ediciones –al bailarín Lorien Ramo, al piloto Alex Rins y al escritor Javier Sierra–. Recientemente ha realizado el cartel de la última Feria del Libro y el Cómic de Teruel, en el que plasmó un grafismo muy reconocible en ella. 

Sin embargo la ilustradora afincada en Teruel prefiere no obsesionarse en buscar una firma identificable a sus 22 años. “Personalmente creo que el estilo depende de la percepción de quien ve la obra. Y aunque tener un estilo personal y muy reconocible es algo que nos preocupa mucho a los ilustradores jóvenes, creo que es lo que menos debería hacerlo”. 

Un estilo propio no deja de ser una zona de confort en el que estancanse como creador. “Creo que ahora es más interesante ir experimentando con técnicas y estilos, y el estilo personal, que al final es lo que todos queremos tener, irá saliendo con el tiempo”, asegura.