Hemeroteca: El visón americano, el animal exótico nacido en granja que acabó colonizando la cuenca del Mijares
La quiebra de una empresa y el sabotaje de otra provocaron la expansión del visón americanoPrimero fue una granja, Zovimar en Sarrión en 1990, de la que escaparon algunos animales que estaban abandonados tras la quiebra de la empresa. Después, en 2001, un sabotaje de una planta en La Puebla de Valverde, en lo que dieron en llamar “ecoterrorismo”, volvió a liberar visones americanos, pero esta vez a miles. El resultado fue la expansión descontrolada de este animal, catalogado como un exótico invasor por el Gobierno de Aragón, que aboca a la desaparición al visón europeo, y a la necesidad de una notable inversión pública para evitarlo.
En 1988, la empresa Zovimar se instalaba en Sarrión con 500 visones, 20 zorros, 6 mapaches y con ambiciosas pretensiones: ampliar la empresa y promover la creación de una asociación para establecer controles de calidad y trabajar hacia la diferenciación de una piel obtenida de animales criados en Teruel. Era algo así como una denominación de origen pero se trataba de pretensiones para un final gris, tal y como relataba este periódico cuando se hacía eco de los problemas económicos de Zovimar, el 26 de julio de 1990. En aquellos días, los responsables de la granja peletera, decía el periódico, se quejaban de la falta de ayuda institucional. La reclamaban después de que la empresa entrara en suspensión de pagos y miles de ejemplares de estos animales estuvieran muriendo de hambre encerrados en sus jaulas, incluso practicando el canibalismo para sobrevivir.
El gerente de la empresa pedía ayuda pero no dejó entrar en las instalaciones a los agentes y los veterinarios hasta que no fue obligado por orden judicial. También accedió entonces un periodista de DIARIO DE TERUEL, Javier Atienza, que relataba el triste panorama que encontraron al llegar, de animales muertos, otros moribundos y en medio de un intenso olor por los cadáveres.
El 27 de julio el periódico decía en portada: Dejan morir 4.500 visones en Sarrión, a consecuencia del abandono de los responsables de la empresa, contaba, aunque aquellos días solo dio la cara el gerente y no los accionistas que luego serían reclamados para que comparecieran a declarar ante el juez.
El veterinario dijo aquellos días que la situación era “lamentable”. Cifraba en unos quinientos los animales que habían sobrevivido, aunque la realidad mostraría después que quedarían muchos menos.
Ante este panorama, el Gobierno de Aragón concedió un crédito para alimentar a los animales que habían sobrevivido y enterrar con cal viva los cadáveres para evitar que se propagaran infecciones.
Los 150 que finalmente sobrevivieron fueron trasladados a una sociedad protectora de animales de Reus, que se interesó por el caso. El responsable de la protectora de animales criticó entonces la pasividad de la administración a la hora de actuar, al tiempo que reconocía que había un problema de vacío legal en lo que se refiere a maltrato de animales. De hecho, la asociación llegaría a denunciar a los dueños de la granja aunque se toparían con estas lagunas, pero sí tuvo recorrido la investigación económica de la empresa, por un desvío de fondos.
Sabotaje
Algunos ejemplares salidos de Zovimar colonizaron ya el Mijares poco después, algo que el periódico recordaría once años después cuando un sabotaje liberó en La Puebla de Valverde miles de visones. La diferencia decía el periódico, era que en Sarrión los animales fueron liberados de forma intencionada para que no murieran de inanición mientras que en La Puebla fueron autores desconocidos los que penetraron en las instalaciones para liberarlos.
De hecho, la portada del 1 de agosto de 2001 decía Trece mil visones, en libertad tras ser saboteada una granja, después de que unos desaprensivos rompieran las vallas de madrugada. La situación obligó a organizar batidas de agentes del Seprona, agentes para la protección de la naturaleza y vecinos.
El sabotaje se produjo hacia las tres de la madrugada” decía el artículo periodístico, en el que se recogía que la empresa contaba con 20.000 ejemplares. El alcalde de La Puebla de Valverde, Alejandro Cercós, manifestó que “ no ha podido ser ningún gamberro, porque se ve algo muy preparado y estudiado”.
La preocupación entonces estaba en el daño ecológico, aunque los técnicos apuntaban entonces que el 90 por ciento morirían porque no sabrían adaptarse a la vida en libertad.
El primer día capturaron unos 400 o 500 visones, leíamos en el periódico, y algunos ejemplares aparecieron muertos, atropellados al intentar cruzar la N-234 o por falta de agua.
Los cálculos de los días siguientes apuntaban a que se habían podido capturar unos 12.000 ejemplares y los que faltaban estaban muy cerca de la granja. Unas cinco parejas, según las primeras estimaciones, han logrado alcanzar el cauce del río Mijares, donde su captura resulta más difícil decía la crónica del 3 de agosto. Medio Ambiente está estudiando una posible actuación para capturar a estas parejas antes de que lleguen al área de La Escaleruela, en el término municipal de Sarrión, donde existe una pequeña colonia de visones americanos.
El sabotaje suponía además una pérdida económica importante para la empresa que ascendía a los 30 millones de pesetas, además de todo el trabajo de control genético puesto que en la granja se agrupan por ‘familias’ y al escaparse se habían mezclado.
Más ataques a granjas
Este sabotaje se atribuyó a un grupo de lo que se denominaban “ecoterroristas” porque, apelando a la protección de los animales, se dedican a liberar estos, criados en cautividad, con lo que eso implica en el medio ambiente que rodea la granja y para el resto de animales que viven en este entorno. Una práctica ilegal que se ha producido en otros lugares de España con empresas peleteras, y que en la provincia también sufrieron en 2010 los dueños de una instalación en Albalate del Arzobispo.
Esta empresa sufrió varios sabotajes de este tipo desde que se puso en marcha en 2002. En noviembre de 2010 dejaron escapar a unos 65 animales que había en la explotación, de los que la mayoría murieron en la huida, pero unos meses antes, en marzo de ese mismo año, liberaron 126 de los que los agentes de protección de la naturaleza y el Seprona consiguieron capturar un centenar, un sabotaje que llegaron a reivindicar en blogs animalistas.