Los sacerdotes colombianos alivian a la Diócesis de la falta de clero en el medio rural
Karol y Elkin son las dos últimas ordenaciones y llevan 16 parroquias en la comarca centralLos sacerdotes colombianos están salvando a la Diócesis de Teruel-Albarracín la falta de clero en el medio rural. Las últimas ordenaciones sacerdotales en la Diócesis de Teruel-Albarracín han sido de sacerdotes colombianos, aunque la formación teológica ya la recibieron en Zaragoza, en el CRETA, Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón. Las dos últimas ordenaciones sacerdotales de la Diócesis fueron en octubre pasado cuando recibieron el ministerio, Karol Giraldo y Elkin Otálvaro de manos del obispo Gómez Cantero. Karol y Elkin, ante la falta de curas, fueron nombrados párrocos de 16 municipios de la Comarca Cuencas Mineras. Confiesan que están bien contentos con su vocación y con sus parroquias aunque sean pocos los feligreses que tienen en comparación con la juvenil y multitudinaria existente en Colombia.
Karol Giraldo y Elkin Otálvaro son el ejemplo de lo que está ocurriendo en las parroquias del medio rural en la provincia de Teruel. Sacerdotes colombianos están tomando el relevo sacerdotal ante la falta de vocaciones y un clero con una media de edad muy alta en la Diócesis de Teruel-Albarracín.
Karol Yesib Giraldo y Giraldo, 32 años, fue ordenado sacerdote en la catedral de Teruel el pasado 15 de octubre junto con su compatriota y amigo Elkin Otálvaro.
El sacerdote Karol Giraldo, que es párroco de Muniesa y de 7 municipios más, cuenta que nació en 1986, el año que fue a Colombia Juan Pablo II y que por eso su nombre es de Karol, ya que su madre prometió que su primer hijo varón llevaría el nombre de Karol. “Nací en el departamento de Anserma, un pueblo de 40.000 habitantes, en la región andina, en el centro del país de Colombia, donde se vive solo del café. Mi padre es agricultor y somos 6 hermanos”.
“Hasta los 14 años fui a la escuela rural y luego por cuestiones familiares nos trasladamos a Anserma donde pasé al colegio. Cuando tenía 15 o 16 años interrumpí mis estudios y me puse a trabajar. Trabajé en un estanco, en una zapatería, restaurante y otros oficios. Con 16 años y preparándome para la confirmación empecé a colaborar con la parroquia, pero sin plantearme ser sacerdote. Trabajé de sacristán, que allí como hay tanto movimiento en torno a la parroquia estuve de secretario”.
Karol recuerda que en sus manos cayó una revista donde se recogía la existencia del seminario de Yamunal para vocaciones tardías. Karol contaba con 19 años, y estaba interesado en terminar sus estudios, “por lo que allí encontré mi sitio al coger también amor a la oración”.
Tras realizar los años de bachillerato empezó a estudiar filosofía a los 21 años y cuando terminó es cuando se planteó donde ir a estudiar teología, pero sin pensar en España porque tenía en la cabeza la misión, pero se interpuso la presencia del entonces obispo de Teruel-Albarracín, Carlos Escribano y el consejo de María Giraldo, la madre de Karol, que le dijo que pertenecía a Dios y a la Iglesia.
CRETA
“En 2012 empecé teología en el Centro Regional de Estudios de Aragón en Zaragoza, CRETA. Estuve 4 años y residía en el Seminario de Zaragoza, aunque pertenecía a la Diócesis de Teruel. En el periodo de formación pastoral los fines de semana estuve durante dos años en Monreal del Campo y luego en Albarracín. También atendí zona de Loscos y de Huesa del Común. Me ordenaron diácono el 25 de junio de 2017 por Antonio Gómez Cantero. Siendo diácono me nombraron párroco de Muniesa, Blesa, Cortes de Aragón, Josa y Alcaine. La ordenación sacerdotal fue el 15 de octubre de 2017”. También es párroco de los municipios de Hoz de la Vieja, Maicas y Plou.
Elkin
Por su parte, Elkin Rodolfo Otálvaro Correa, 47 años, párroco de Montalbán, nació en Rionegro (140.000 habitantes), departamento de Antioquia. También de padres agricultores, Elkin señaló que viene de un familia muy católica, pero que luego se fue alejando de la religión con la juventud. “A los 17 años terminé el bachillerato y me puse a trabajar. No pensé en la Universidad. Trabajé en una fábrica de muebles donde ganaba buen dinero, pero como me gustaba conocer mundo fue al sur de Colombia, en la selva, donde tuve una experiencia fuerte. Era una zona de gran problemática social, con la guerrilla, la muerte. El papel de la Iglesia me gustó al atender a la gente que sufría, que acompañaba y empecé a mirar a la Iglesia de otra manera. Me gustó la idea de pertenecer a la iglesia más comprometedora y fui catequista. Tenía novia y estaba a punto de casarme. Tuve el dilema de la decisión. A los 38 años entré en el seminario de Yamunal. Fue muy duro porque llevaba 20 años sin estudiar nada. Hice los cuatro años de filosofía. La diócesis misionera era muy pobre y no me podía ayudar. Debía dos años en el seminario. Hubo una propuesta de un obispo de España, pero tenía que decidirme en 8 días para escoger. Lo pasé mal esa semana y en plenas fiestas medievales estaba en Teruel. La teología la hice en el Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón. Durante los fines de semana con el año pastoral estuve en Calamocha, donde permanecí año y medio, y, un año en Teruel para impartir catequesis. Fui ordenado diácono el 25 de junio en la catedral de Albarracín. Estuve de diácono en Montalbán, en su unidad de pastoral. El 15 de octubre fue nombrado sacerdote en la catedral de Teruel”.
Elkin es párroco de Nueros, Godos, Torrecilla del Rebollar, Fuenferrada, Armillas, Peñarroyas, Villanueva del Rebollar y Montalbán.
Los sacerdotes colombianos en Cuencas Mineras confesaron que les encanta sus pueblos, que la gente, aunque no se tenga gran número de feligreses, es maravillosa. “Es otro tipo de misión y me encanta. Me encuentro feliz. Dejé una familia en Colombia, pero tengo otra familia. Los jóvenes no van a misa, pero son buenos”, destacó Karol.
Elkin afirma que “se siente muy bien en los pueblos, en el medio rural, donde se puede dialogar con la gente. Tomar un café. En Montalbán la gente es muy cordial, aunque no vaya a misa. La adaptación es, no obstante, poco a poco, y se hace lo mejor posible. Lo que pido a Dios a que me dé fuerza para hacer las cosas con amor y Dios nos manda donde nos quiere poner”.
No piensan en su Diócesis de origen en Colombia y que su sitio es aquí en la Diócesis de Teruel. “Tan pastor es quien tiene 3.000 ovejas como el que tiene 50 ovejas”. Para los sacerdotes Elkin y Karol la despoblación del medio rural turolense es un problema, pero también son oportunidades para hacer las cosas de otra manera, como las celebraciones conjuntas, en comunidad”, en la línea que propugna el nuevo plan pastoral.
Iglesias en mal estado
Karol Giraldo y Elkin Otálvaro Correa son testigos del mal estado de conservación de las iglesias en el medio rural. Karol Giraldo ha tenido la suerte de la restauración de la fachada y tejados que hizo La Dirección General de Vivienda y Rehabilitación y Suelo y Vivienda de Aragón en la iglesia parroquial de Muniesa y que terminó en octubre del pasado año. Se trató de una de las obras contempladas en el Fite de 2016 con una inversión total en la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de 96.334,62€ (IVA no incluido). Karol reseñó que el interior del templo está afectado por humedades, principalmente en sus columnas.
En mucha peor situación está la iglesia parroquial de Montalbán, donde no se celebran actos religiosos salvo cuando son las fiestas o una boda. Desde hace una veintena de años la iglesia de Montalbán es una capilla de la plaza. Elkin apuntó que ahora parece que la iglesia parroquial se quiere restaurar por dentro con el Fite. La iglesia de Montalbán se restauró pero el exterior. La iglesia de Santiago de Montalbán es única en su tipología de carácter religioso militar y está declarada Bien de Interés Cultural y Patrimonio Nacional. Se construyó entre los siglos XIII y XIV. La iglesia de Santiago es uno de los mejores ejemplos del mudéjar aragonés. El Obispado de Teruel cedió su uso al Ayuntamiento de Montalbán por 50 años para poder ser visitado.