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La térmica de Andorra obtuvo en 2017 el segundo mejor dato de generación de la década La térmica de Andorra obtuvo en 2017 el segundo mejor dato de generación de la década
Central térmica de Andorra, en una imagen de archivo

La térmica de Andorra obtuvo en 2017 el segundo mejor dato de generación de la década

La planta incrementó un 42,1 por 100 su actividad con respecto al “inusual” ejercicio 2016
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La central térmica de Andorra obtuvo en 2017 el segundo mejor dato de actividad de la década situándose en 4.730 gigavatios hora (GWh), un 42,1 por 100 más que la energía producida en 2016. La sequía, el parón nuclear en Francia y un estancamiento de las renovables elevaron al 17,3 por 100 la generación con carbón en el mix energético, poniendo en evidencia la importancia que, pese a las exigencias comunitarias de reducción de la contaminación, sigue teniendo esta fuente energética para el conjunto del país.

El año pasado fue el segundo mejor para la central térmica en lo que va de década, tan solo superado por el ejercicio 2011 -primero de aplicación del real decreto de restricciones por garantía de suministro-, cuando en 12 meses la planta produjo 6.260 GWh.

En 2017 la producción termoeléctrica turolense se situó en niveles de los años 2014 y 2015, con 4.672 y 4.477 GWh, respectivamente, y muy por encima de los 3.328 GWh con los que cerró el ejercicio 2016, con una generación “inusualmente baja” según valoraron fuentes de Endesa.

Desde que en 2015 dejó de aplicarse el real decreto que rigió la producción eléctrica con carbón autóctono, 2017 ha sido el mejor año.

Francia y la sequía

En cuanto a las causas, en primer lugar cabe destacar la inercia positiva con la que inició el año la térmica como consecuencia de la elevada demanda energética procedente del país galo desde finales de 2016 por la decisión del consejo nuclear francés de revisar 21 de las 58 centrales nucleares. Unas reparaciones que llevaron varios meses y que permitieron a la central turolense salvar el ejercicio 2016, pues hasta el 30 de junio tan solo había generado 429 GWh. El año pasado, según apuntaron desde Endesa, no hubo grandes altibajos por trimestres, sino que la generación “ha sido bastante continua”.

En segundo lugar, 2017 fue un año muy seco, por lo que los embalses registraron poca agua y Red Eléctrica de España no pudo recurrir a la energía hidráulica, cuya entrada en el sistema eléctrico bajó un 47,5 por 100 con respecto a 2016. Con un año eólico en la línea de 2016 y una energía solar que no creció más de un 5 por 100, la entrada del carbón (un 21,1 por 100 más que en 2016) y de los ciclos combinados (32 por 100 superior) en el mix energético fue notable.

En lo que llevamos de 2018, Endesa comunicó que, tras una primera semana con la central fuera del pool por una mayor presencia de eólica e hidráulica, después de Reyes la demanda termoeléctrica se ha incrementado y la central funciona habitualmente a pleno rendimiento, con los tres grupos conectados.

Una planta “necesaria”

Para el presidente del comité de empresa de la térmica, Hilario Mombiela, los datos que arroja la planta en los últimos meses “evidencian que, como venimos reclamando, la energía producida con carbón autóctono es necesaria en el mix”.

“Si no hubiera sido por el carbón autóctono, los precios (de la factura eléctrica) se habrían disparado”, aseguró Mombiela, para quien en este momento “no hay alternativa” tecnológica que pueda sustituir a las térmicas. 

A pleno rendimiento, la central emplea a unas 400 personas. De ellas, 150 pertenecen a Endesa, pero también hay contratas de mantenimiento, limpieza, auxiliares y transporte. A ellos hay que sumar los mineros que trabajan en las explotaciones a cielo abierto de la comarca, que rondan las 250 personas.

“Llevamos mucho tiempo diciendo que el carbón es necesario. Tal y como hemos empezado este año, casi seguro que va a ser igual que el anterior”, explicó el secretario general de UGT en Teruel y trabajador de la térmica, Alejo Galve.

A principios de 2017 “se contrató en las minas a todos los que habían despedido (en 2016), se ha abierto un turno de noche y en la central las subcontratas están en funcionamiento. Todo lo que gira alrededor de la central va bien”, aseguró Galve.

El sindicalista estimó que en 2017 las minas de Ariño y Estercuel llevaron unos 2,5 millones de toneladas a la térmica, por lo que los contratos firmados por Samca y Compañía General Minera con Endesa tendrán que renovarse porque pronto habrán servido las toneladas pactadas.

Galve indicó que ahora “mucha gente se empieza a dar cuenta de que el carbón es necesario” porque es el recurso autóctono que tiene el país para hacer frente a las necesidades energéticas.

“No podemos estar rezando”

Por último, el sindicalista pidió “una solución” al Gobierno de España para que el sector minero-eléctrico goce de una estabilidad porque “no podemos estar rezando siempre para que no llueva o no haga aire”. En su opinión, “no cuesta nada regular el mix de todas las energías porque todas tienen cabida”.

Aumenta la energía producida por carbón

Las centrales térmicas produjeron en 2017 un 21,1 por 100 más de energía que en 2016, según el balance anual que arrojan los datos que ofrece Red Eléctrica de España. En total, la energía termoeléctrica representó el 17,3 por 100 del mix energético, sólo por debajo de la nuclear (22,6 por 100) y de la eólica (19,3 por 100).

Si en 2016 se produjeron 35.188 GWh de energía termoeléctrica, en 2017 la generación ascendió a 42.596 GWh.

La energía nuclear descendió un 0,9 por 100 para situarse en 55.612 GWh, seguida por la eólica con 47.485 GWh (un 0,4 por 100 más).

Fue el gran año para los ciclos combinados, que aumentaron su producción en un 32 por 100 para situarse con 33.902 GWh en cuarta posición, muy por encima de la energía hidráulica que, con 20.571 GWh, dejó de producir un 47,5 por 100 de lo que generó en 2016.

La cogeneración subió un 8.8 por 100 (28.146 GWh). Por detrás, a una distancia considerable, se situaron la energía solar fotovoltaica, térmica y otras renovables. Todas ellas crecieron en torno a un 5,5 por 100.

La demanda de electricidad se situó en 249.492 GWh, lo que supone un 1,1 por 100 más que en 2016, mientras que la generación fue de 248.433 GWh, prácticamente igual que en 2016.