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El sueño americano de Jabaloyas El sueño americano de Jabaloyas
Pablo Pradas en Norteamérica. Teodoro Pradas Jarque

El sueño americano de Jabaloyas

En 1920 había en EEUU 115 emigrantes jabaloyenses para trabajar de pastores y de mineros
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Jabaloyas cumplió el sueño americano a comienzos del siglo XX. Tanto es así, que en 1920 había registrados 115 emigrantes jabaloyenses a Norteamérica, casi todos hombres, donde trabajaron de pastores y mineros principalmente. La localidad turones tenía en ese año 720 habitantes. Un avance de un estudio que está realizando el historiador e investigador del Centro de Estudios de la Comunidad de Albarracín CECAL, Raúl Ibáñez Hervás, recoge unos datos hasta ahora casi desconocidos, muy importantes para la localidad y que recientemente presentó en una ponencia en la VII Jornada de Patrimonio Inmaterial de la Sierra de Albarracín con el título “Anímate y vente a Norteamérica. El movimiento migratorio a comienzos del siglo XX desde la Sierra de Albarracín al Oeste Americano”.

Una emigración a Estados Unidos que a comienzos del siglo pasado en los pueblos de la Sierra de Albarracín no fue muy significativa, salvo en uno que lo fue y mucho, Jabaloyas. En Jabaloyas el número de emigrantes fue de 115 vecinos seguido por Valdecuenca con 11. La emigración a Estados Unidos desde Jabaloyas representó el 77,7 por ciento del conjunto de los pueblos de la Sierra. El número total de emigrantes de la Sierra de Albarracín a Norteamérica fue de 148 personas.

El descubrimiento de la emigración de los serranos a Norteamérica y que dio pie a la investigación de Raúl Ibáñez Hervás fueron las encuestas realizadas a los vecinos de Jabaloyas en los años 90 del siglo pasado por Pedro Saz, para su tesis doctoral sobre la República.

“Se conocía que en Jabaloyas se había producido un movimiento de emigrantes a Estados Unidos a comienzos del siglo XX, pero no se sabía con claridad ni la magnitud ni a dónde habían ido los emigrantes. Pedro Saz tuvo acceso al censo de Jabaloyas de 1920 en el que se registran simplemente 50 vecinos que marcharon a Norteamérica. Con las investigaciones que estamos realizando hemos llegado a ampliar esa cifra a un total de 115 entre los años 1907 y 1923” afirmó Ibáñez.

Raúl Ibáñez inició la investigación y está descubriendo datos muy relevantes de la emigración de Jabaloyas al Oeste de Norteamérica. 

En 1920 el municipio de Jabaloyas tenía una población de 720 habitantes. Los emigrantes que marcharon fueron casi todos hombres y sobre todo jóvenes. Las mujeres y los niños se quedaban en la localidad serrana. Las chicas emigraban de sirvientas a ciudades españolas como Barcelona, Valencia o Teruel. Las edades de los hombres que emigraron según el censo de 1920 estaban comprendidas principalmente entre los 18 y los 27 años, mientras que las de las mujeres comprendían desde los 15 a los 25 años. 

Ibáñez reseñó que los que marchaban a Estados Unidos lo hacían por razones económicas, se pasaba hambre y había más posibilidades de prosperar en Norteamérica.

El historiador expuso que la emigración la inició un pionero, que iba arrastrando posteriormente a familiares y a otros vecinos del pueblo. Se tiene constancia que la primera persona que emigró desde Jabaloyas y que inició el éxodo en la localidad hacia el continente americano fue Donato Sánchez que marchó para los Estados Unidos en 1907 y que partió del puerto inglés de Liverpool. “Los emigrantes serranos casi nunca iban solos, lo hacían en grupos de familias y amigos”.

La emigración de los serranos a Estados Unidos se realizó generalmente con contratos. El destino final principalmente era la isla de Ellis, Nueva York, donde operaba el centro de emigración. En concreto, los Puertos de salida de los españoles que emigraban hacia EEUU eran Barcelona, Valencia, Bilbao o Vigo, pero los más utilizados eran los puertos franceses porque se tardaba menos (7 u 8 días) en llegar a Estados Unidos. Otros puntos de entrada de emigrantes, además de la famosa isla de Ellis, eran Tampa y Key West. 

El destino de los emigrantes de Jabaloyas fue la mina, o el desempeño de tareas como pastores.

En la mina los emigrantes serranos se asentaron en Utah, concretamente en la mina de Bingham Canyon, que está a 48 kilómetros de la capital del Estado, Salt Lake City. La mina en la que trabajaban era principalmente de cobre, explicó Ibáñez. 

En la investigación realizada ha contado con el apoyo de Holly George, directora de la revista histórica de Utah, que pudo bucear en los archivos históricos de la empresa minera y donde existen unas fichas personales en las que se reflejan los datos de cada trabajador, procedencia, el trabajo que hacían y el salario que ganaban. 

Un caso interesante de un emigrante en la mina de Bingham Canyon fue el de Joaquín Domingo, que el 2 de julio de 1914 empezó a trabajar en la mina como “trackman”, una especie de caminero, y que luego se fue a Idaho a trabajar de pastor. “Las condiciones de trabajo en la mina eran muy duras. Muchos se dejaron la vida. Otros padecieron enfermedades pulmonares como la temida silicosis. Padecieron accidentes por los derrumbes, por lo que muchos abandonaron y se fueron a trabajar a Idaho de pastores, profesión que conocían a la perfección puesto que era una de las principales ocupaciones en la Sierra de Albarracín. Un caso de muerte por culpa de la mina y que recogió un periódico de Utah fue el de Fermín Monleón, que falleció a los 34 años por problemas pulmonares ”. 

El investigador del CECAL señaló que en el oficio de pastor en Norteamérica los jabaloyanos trabajaban con rebaños de más de mil ovejas y que hacían la trashumancia de verano e invierno. 

Raúl Ibáñez comentó que muchos de los inmigrantes de Jabaloyas a Estados Unidos regresaron pero otros se quedaron. “Trabajaban unos años y volvían, cuando habían hecho dinero. Luego regresaban otra vez. Entraban y salían de Estados Unidos. Hubo hasta quien se casó en Estados Unidos. He encontrado una cédula de matrimonio de Estados Unidos entre Bernardino Lázaro y Teresa Gil”. Ibáñez añadió  que el grueso de la emigración de los serranos al Oeste de Norteamérica terminó hacia 1927.

 

Testimonio

En la localidad de Jabaloyas viven o tienen casa descendientes de los emigrantes americanos.  Teodoro Pradas Jarque, que tiene 53 años, y está ayudando en la investigación que está realizando Raúl Ibáñez Hervás, tiene familia directa que emigró a Estados Unidos. Teodoro contó que su bisabuelo, Mariano Jarque, y sus dos abuelos, Francisco Jarque y Pablo Pradas fueron emigrantes en el Oeste de América. “Se fueron para mejorar económicamente. En mi familia el pionero fue Mariano Jarque, que trabajó primero en la mina y luego de pastor. Mariano y Francisco trabajaron de pastores en Malta, Idaho. Mariano llamó a su hijo Francisco para trabajar allí. Mi bisabuelo trabajó 10 años de minero y de pastor. Mi abuelo trabajó de pastor y siempre manifestó que el trato que recibió fue muy bueno. Trabajaba una parte del año en el pueblo y la otra parte con la trashumancia en el monte, prácticamente aislados. La familia se quedaba en Jabaloyas y regresaban con los ahorros que hacían. Mi bisabuelo compró casa y hacienda en Castelfabib con los ahorros que trajo y mi abuelo regresó a Jabaloyas”.

Teodoro Pradas Jarque resaltó que los pastores de Jabaloyas eran muy apreciados por su buen oficio. Su abuelo, le contaba, “que tenían contacto con los indios, pero que no iban vestidos como en las películas, sino que eran como ellos pero más morenos. Mi abuelo cuando regresó desayunaba con café americano y le gustaba mucho la cultura y costumbres americanas. Estaba fascinado por lo que había visto”.Otro familiar de Teodoro que emigró a Estados Unidos fue Lucio Domingo, que con 16 años se marchó para trabajar de minero y de pastor. “Trabajó 29 años de pastor en Idaho. El viaje duró 9 días y 9 noches. Lo pasó fatal durante el viaje en el barco de vapor. Viajaban en tercera clase y como el mar estaba muy picado la travesía fue dura”  . Pradas añadió que su familiar Lucio Domingo cuando trabajó de pastor tuvo un incidente con un oso al que mató de un tiro con el rifle que llevaba. Los indios le ayudaron a quitarle la piel al oso. Lucio Domingo regresó a Jabaloyas en 1942 para finalmente emigrar a Barcelona donde puso un pequeño negocio”.

Raúl Ibáñez y Teodoro Pradas reseñaron que su intención es recuperar todos los testimonios de los familiares directos de aquellos emigrantes y que todavía viven como son hijos, nueras, yernos y nietos. La emigración a Estados Unidos significó mucho para el pueblo y aplauden la intención del Ayuntamiento de Jabaloyas del posible hermanamiento con alguna localidad Norteamericana de destino de los emigrantes jabaloyenses.