El turolense Pedro Javier Pascual expone ‘El bosque de los sueños’ en La Fonda
El fotógrafo presenta una sugerente serie a caballo entre lo figurativo y la abstracciónPor mucho que Madeira sea un lugar paradisiaco en muchos aspectos y sus bosques centenarios de laurisilva estén declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, no está al alcance de todo el mundo trasladar a un lenguaje común la magia y la evocación, para compartirla, que facilmente provocan en nuestra cabeza. Es ahí donde entra la maestría artística de quien expresa una sensación a través de la representación de una realidad diferente a la propia realidad. En este caso hablamos de fotografía y del turolense Pedro Javier Pascual.
El bosque de los sueños es el nombre de la exposición de Pascual que, organizada por la Sociedad Fotográfica Turolense, puede verse gratuitamente en La Fonda del Tozal hasta el próximo 21 de diciembre.
Está formada de once de las aproximadamente veinticinco imágenes que forman parte de las serie que el turolense realizó en primavera de 2016 durante un viaje fotográfico a la isla portuguesa. Algunas de ellas ya han sido premiadas en diversos certámenes, como el Oasis Photo Contest.
A primera vista puede parecer que Pascual ha aparcado su querencia al macro y a la abstracción –que cultiva habitual pero no exclusivamente– para explorar otros territorios, pero nada más lejos de la realidad. Sí a lo del macro, porque el turolense vuelve a recoger una dimensión más humana en esta serie fotográfica, pero mantiene un lenguaje expresivo de sugerir lo que no se ve a través de lo que se ve. En puridad son imagenes figurativas, pero cuyo discurso se expresa en términos de abstracción.
Pedro Javier Pascual juega con las caprichosas formas de la laurisilva, la presencia de las habituales nieblas de esas particulares masas forestales y el fenómeno de la pareidolia, una tendencia natural que tiene nuestro cerebro para ver rostros o figuras humanas donde no las hay. Con esos elementos el fotógrafo construye un argumento visual en el que la sensibilidad y la imaginación del espectador hace el resto; figuras humanoides, pequeños duendes que se dan la mano, ancianos casi milenarios que caminan pesadamente y rostros que rezuman siglos a través de las texturas de la madera húmeda y de la luz difusa de la niebla.
Esa niebla no es incidencia ni dificultad, sino un elemento decisivo en el discurso: “Está buscada y de hecho sin la niebla no hubiera podido fotografiar esta serie”, explica Pedro Javier Pascual. “Me sirve para aislar los planos y me facilita poder centrarme en las formas y los árboles que me interesan, difuminando los segundos planos”. Aunque los bosques de laurisilva de Madeira acostumbran a ser muy frondosos, la zona concreta en la que se movió el turolense “correspondía a un terreno ganadero, por lo que se conservaban algunos árboles muy grandes y aislados, en una zona de pastos, por lo que era más fácil elegir aquellos que querías aislar”.
En ese sentido no es muy diferente a Dibujando mariposas, que también pudo verse en la Fonda del Tozal en 2017 o en la Logia del Museo de Teruel durante el Festival Teruel Punto Photo, donde los sujetos eran estos pequeños lepidópteros, fotografiados con objetivos macro, y las caprichosas formas de los tallos. “Al final se trata de aislar motivos fotográficos aunque sean de distinta naturaleza”, explica. “En aquella ocasión yo buscaba la estética del color, y en esta otro tipo de representaciones”.
Las fotografías que pueden verse en La Fonda del Tozal no son exactamente en blanco y negro, aunque el rango cromático es muy estrecho producto de la niebla y de la luz frontal, en muchos de los casos. “En estos casos en los que el interés se centra en las formas y las texturas funciona mucho mejor las imágenes con muy poca saturación de color, porque es un elemento que competiría con lo que tú quieres destacar”.
Proyecto editorial
Este año ha sido fecundo en reconocimientos para Pedro Javier Pascual, que ha ganado el primer premio el MontPhoto 2018 en categoría de plantas y ha sido finalista del Oasis Photo Contest y del GDT European Nature Photographer of the Year 2018 alemán. A pesar de ello, el miembro de la Sociedad Fotográfica Turolense está inmerso en un proyecto que culminará con la publicación de su primer libro, que tratará de tener listo para la primavera de 2020. “El proyecto está muy adelantado aunque todavía me faltan muchas fotografías, algunas de las cuales las tengo en la cabeza, y decidir qué enfoque quiero darle”. Todavía no tiene claro si hacer un libro fotográfico de autor o un volumen en el que se muestre sus técnicas y su forma de trabajar, aunque en cualquier caso estará basado en la macrofotografía “y en un proyecto fotográfico personal que intente aportar cosas nuevas. Me gustaría ser capaz de hacer un libro que yo mismo compraría si lo viera en un comercio”.
Otro de los proyectos largamente acariciados por Pedro Javier Pascual es un libro sobre insectos presentes en la provincia de Teruel, aunque ese sí que está “algo más parado”. El turolense combina su profesión en una carpintería con su pasión tras los objetivos, y una gran actividad impartiendo cursos y talleres de fotografía por toda la geografía española.