Las ‘Sendas’ de Sonia Villarroya que transitan entre la pintura y la poesía

La diseñadora turolense Sonia Villarroya Sanahuja expone a partir de este miércoles y hasta el 27 de julio Sendas, una muestra de pintura estrechamente vinculada a la poesía que podrá verse en el Espacio Luvitien de la capital turolense. 

El nexo entre las piezas de Villarroya y la poesía no se debe únicamente a que esta sea un leit motiv habitual para que los pinceles de la artista comiencen a moverse, sino porque además uno de sus últimos trabajos ha sido ilustrar La bondad del payaso, el último poemario del también turolense Lamberto Alpuente que está a punto de salir al mercado. La mayor parte de las catorce pinturas que se expondrán son las que acompañan precisamente a los versos en ese libro, y que no solo los acompañan en la obra sino que los reinventan desde otra perspectiva diferente, la puramente visual.  

“Las pinturas que corresponden al libro de Lamberto son interpretaciones visuales personales que yo hago de cada uno de los poemas que van ilustrados”, explica Sonia Villarroya, que de hecho acompañará dichas obras de fragmentos de los textos del poeta, que estará presente y recitará algunos de ellos durante la inauguración de la muestra, a partir de las 19 horas de mañana, miércoles. 

En cuanto al resto de las pinturas expuestas, también están fuertemente influenciadas por la poesía. Quizá no tanto a algún texto en particular, pero sí a autores simbolistas como Rimbaud. De ellos toma la querencia por lo surrealista, lo imaginario, y el símbolo como fórmula de expresión. 

Así, las transformaciones del cuerpo humano, los elementos animales y vegetales o elementos recurrentes, como las rosas, aparecen habitualmente en su obra como transposición de otros significados.

Esa es una de las sendas, las que metafóricamente recorren en paralelo y de forma separada diferentes lenguajes, como la pintura y la poesía, para llegar a idénticos destinos, a la que hace referencia el título de la exposición. Pero no es la única. En realidad cada uno de los cuadros es un camino diferente, un trayecto para alcanzar la transmisión de algo tan subjetivo como sentimientos y reflexiones subjetivas pero también de conceptos y realidades objetivas, aunque desde el  prisma necesariamente personal e intransferible del poeta, del pintor o del espectador del arte. 

Piezas como Pureza están inspiradas en Lady Bird Johnson, la que fuera activista política estadounidense y primera dama entre 1963 y 1969, Primavera en el culto a la naturaleza expresado por Iwana Otsuni o Mujer pulpo en Carl Jung, padre de la psicología analítica en la que un inconsciente colectivo heredado convive con la carga psicológica personal formando, entre los dos, la mismidad de cada individuo. Piezas que, como recuerda la propia Sonia Villarroya, “tocan temas relacionados con el dolor y la conciencia de este”.

La exposición, compuesta por acuarelas, acrílicos y técnicas mixtas sobre papel, irá acompañada por pequeñas reproducciones de las obras en formato 21x15 cm que estarán a la venta.

El conjunto forma un grupo relativamente heterogéneo de obras, donde sin embargo el estilo surrealista y onírico dentro de la figuración de Sonia Villarroya es perfectamente reconocible. Dicha heterogeneidad reside especialmente en los motivos y en los conceptos plasmados, que van desde la locura al amor, pasando por la tristeza o la pasión. En el tratamiento formal Villarroya echa mano del retrato, figura animal, motivos vegetales y un trasfondo relacionados con los procesos de transformación del cuerpo humano que habitualmente están presentes en la obra de la artista nacida en Teruel, y que tras una etapa en Madrid regresó hace un par de años a la capital mudéjar donde ejerce de ilustradora y diseñadora.