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El 'pisito' del consejero El 'pisito' del consejero

El 'pisito' del consejero

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Javier Silvestre

Cuenta el Heraldo que el Gobierno de Aragón le paga el piso de alquiler en Zaragoza al vicepresidente de la DGA, el turolense Alejandro Nolasco (Vox). Una cosa modesta: un pequeño apartamento de un dormitorio con salón, cocina y baño que sólo cuesta 800 euros al mes. El objetivo es evitar que tenga que desplazarse a diario desde nuestra ciudad a Zaragoza con un chófer. Y lo que le cuentan al rotativo aragonés fuentes del Gobierno aragonés es que “resulta mucho más económico” ponerle un piso que llevarlo y traerlo todos los días a dormir a Teruel.

De verdad, que alucino. Vamos por partes. El sueldo de Nolasco, que se puede consultar en el portal de transparencia, es de 79.463,55 euros brutos al año en 12 pagas. Más de 6.600 euros brutos al mes. ¿De verdad hay que pagarle un piso? Les respondo yo: no. ¿Por qué? Porque en los Presupuestos de la DGA aprobados el 22 de diciembre se desglosa la nómina del vicepresidente: 17.269,76 de sueldo; 34.288,49 de complemento al puesto; y 27.905,30 atención a la actividad.

Entiendo yo que de este último concepto debería salir lo suficiente para pagarse el piso... Son 2.325 euros al mes así que, si se gasta 800 euros en alquiler, aún le quedan más de 1.500 euros para trajes, cenas o aquello que requiera la “atención” del vicepresidente aragonés. Los que llegaron al Gobierno prometiendo que acabarían con los chiringuitos y los gastos innecesarios registraron, al mes de su nombramiento, la petición para que seamos los contribuyentes los que corramos con su alquiler en Zaragoza.

Lo más increíble del asunto es que si Nolasco decidiese quedarse viviendo en Teruel tendríamos que pagarle el desplazamiento. Pero claro, nada de coger el autobús o el tren (no llegaría puntual a ningún pleno). El vicepresidente tiene que ir y volver en coche oficial a Zaragoza. Y eso también nos cuesta dinero. “Solo desplazarse a diario sale por 600 euros a la semana si se tiene en cuenta la gasolina, las horas extra del chófer y la amortización del vehículo y una noche de hotel en Zaragoza”, apuntan fuentes de la DGA al Heraldo. Así que aún tenemos que estar agradecidos.

El caso de Nolasco no es único. Al consejero de Medio Ambiente, Manuel Blasco (PP), también le están buscando otro piso de alquiler en Zaragoza para que no tenga que ir y volver en coche oficial hasta Teruel. Hay que recordar que esta práctica de alquilar pisos ya estaba en funcionamiento durante el Gobierno de Marcelino Iglesias (PSOE) y que Luisa Fernanda Rudi (PP) decidió eliminarlo durante su mandato. Pero claro, los consejeros tienen derecho a coche oficial y algunos consejeros turolenses, en legislaturas pasadas, como Mayte Pérez (PSOE) estuvo yendo y viniendo a Zaragoza con chófer y gasolina pagados por nosotros.

Es algo endémico a todos los partidos, a todas las autonomías, a la Administración en general, donde el dinero, como dijo la entonces ministra socialista Carmen Calvo, “no es de nadie”. Pues no, señores políticos. Ese dinero es de todos nosotros y se les debería caer la cara de vergüenza. Si quieren que les paguen el transporte o que les pongan un piso, váyase a la empresa privada y negocien con los dueños todos los complementos salariales que quieran. Pero en la Administración pública resulta sonrojante que cobrando un complemento de “atención al cargo” de más de dos mil euros al mes tengamos que pagarles el alojamiento.

Me podrán decir que “hay que vertebrar el territorio” y que “es bueno que los consejeros no vivan en Zaragoza para descentralizar”. Se lo compro. Pero se lo pagan ustedes de su bolsillo. ¿Se creen que a mí me ponen un piso al lado del trabajo para evitar el “efecto disuasorio”?

Porque, lo más alucinante es que el cambio en los últimos presupuestos de la DGA que permite que les paguemos los pisos a los consejeros se justifica precisamente para “evitar el efecto disuasorio que, para la asunción de las responsabilidades de Gobierno, tiene la residencia en municipios del territorio distintos de la sede del Gobierno de Aragón”. Es decir, para que no se escaqueen del trabajo argumentando que viven fuera de Zaragoza. De traca todo.