Fran Blasco, presidente del Club de Montaña de Monreal del Campo: “El nuevo formato de los Juegos Escolares es muy competitivo y no anima a los chicos a participar”

Francisco Blasco, Fran para los amigos, es uno de los pilares maestros del Club de Montaña de Monreal del Campo. Bajo su mirada han crecido y mejorado cientos de muchachos del municipio y de localidades cercanas, algunos de ellos destacando en el panorama nacional de la escalda. Durante la V Feria del Azafrán de Monreal del Campo, el Club de Montaña realizó una jornada de puertas abiertas para difundir la práctica del deporte de la escalada.

-¿Cual es la situación de la escalada en Monreal?

-Somos un club que llevamos más de 15 años desarrollando la escalada en Monreal del Campo. En la actualidad, tenemos cerca de 30 alumnos de entre 6 y 18 años de edad. El deporte de la escalada tiene una salud medianamente buena, pero en el municipio sí sentimos cierto declive, sobre todo en lo que se refiere a las competiciones. Nuestros alumnos están menos motivados para competir. Y sí que se tiene una asistencia positiva a nuestra escuela, pero están menos motivados para competir en los Juegos Escolares.

-¿Cual es la evolución del número de alumnos en la escuela?

-Ahora tenemos unos 30 alumnos y es una cifra que está bastante estabilizada. Después de la pandemia, atravesamos cierto bajón en cuanto a participación. La covid supuso, a nivel general, que los chavales estuvieran en casa y después costó volver a la actividad deportiva y al entrenamiento, sobre todo entre los adolescentes. Ahora, como vamos como por oleadas, sí que tenemos muchos muchachos pequeños apuntados en la escuela y un poco menos en categorías superiores. Pero sí que estamos en una cifra muy estable. Somos un club muy estable en cuanto a cifra de participación.

-¿Contar con una estrella de la escalada a nivel nacional como Enrique Beltrán supone un acicate para los niños a la hora de apuntarse a esta actividad?

-Sí, porque además Enrique es un chaval que alardea de dónde ha salido. A pesar de que compite a nivel nacional, sigue formando parte del club y cuando viene a Monreal participa en las actividades que se organizan desde el club. Enrique es muy pro - club y así, para los chavales es una referencia. Casi es un ídolo.

-¿Y su presencia anima a los alumnos a competir?

-Creemos que es un tema un poco complicado porque el año pasado se cambió el formato de competición a nivel federativo, a nivel de juegos escolares. Para nosotros como club, el nuevo formato debe ser competitivo y educativo. Nos gusta promocionar la base y el deporte, pero el año pasado se cambió el formato. En nuestra opinión, se trata de un formato mucho más competitivo y centrado en unos valores un poco distintos de los que hasta ahora teníamos. Y no solo distintos de los nuestros, sino de los de otros clubes de la provincia. Ese nuevo formato está provocando que los chicos no quieran ir a competir. Por ejemplo, en el último Campeonato de Provincial de Dificultad fueron 11 chavales de toda la provincia, y eso es muy poquito. Esto pasa porque el nuevo formato no les motiva.

-Los escaladores jóvenes que empiezan en la escuela ¿siguen escalando conforme van cumpliendo años?

-El tema está en que vivimos en una zona en la que es la que no tenemos grandes montañas cerca. Muchos de nuestros alumnos se van a Zaragoza o a otras ciudades a estudiar, pero sabemos que allí acuden a salas comerciales para seguir escalando. Incluso hay chavales que se desvinculan y que luego vuelven a escalar.

-En el Club de Montaña de Monreal trabajan la escalada deportiva pero ¿también el boulder?

-La mayor parte de los entrenamientos que hacemos en la escuela o la base de técnica se hace en boulder. Tenemos un pequeño panel, que es municipal, donde practica la base. El boulder tiene un componente más de ocio que escalar con cuerda. El boulder es mucho más accesible para todo el mundo y eso se está viviendo también entre la gente del club.

-El muro de escalada artificial se encontraba antes en el exterior de la zona deportiva, pero hace unos años se trasladó al interior del pabellón. ¿Cómo ha cambiado esto su rutina?

-Fue algo positivo porque vivimos en un pueblo donde tenemos un clima muy extremo, tenemos muchos días de frío y de hielo y eso hacía que no pudiéramos entrenar muchos días en invierno. Ahora, por suerte estamos dentro del pabellón y lo que hace es que no dependemos de la meteorología para entrenar.

-¿Entrenan además en roca natural?

-La verdad es que la tenemos un poco abandonada y es algo que queremos recuperar. Nos está costando más porque somos un club pequeñito y lo movemos todo entre cuatro o cinco personas. Para ir a roca dependemos de las familias que, hay que reconocerlo, están muy implicadas.