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Dados y Cubilete rompe una lanza por los juegos de tablero, también en el ámbito rural Dados y Cubilete rompe una lanza por los juegos de tablero, también en el ámbito rural
Carlos ‘Quintillas’ Bertolín (izquierda), durante una de las partidas del torneo que se organizó en Rubielos de Mora

Dados y Cubilete rompe una lanza por los juegos de tablero, también en el ámbito rural

Un grupo de jugadores de Rubielos organizará torneos en esa localidad
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Hay pocos bares en Aragón donde no pueda encontrarse una baraja de guiñote, un dominó o hasta algunos amarracos para jugar al mus. Pero ya no es tan común que presten a sus parroquianos una copia de Carcassonne o de alguno de los juegos de cartas o tablero que se salgan del parchís o la oca tradicionales. Uno de ellos es El Romeral de Rubielos de Mora, algo así como la sede oficiosa de un grupo de amigos vinculados a la localidad, aficionados a este tipo de juegos.

No está constituido como una asociación formal ni tiene estatutos, pero el pasado mes de febrero organizaron su primer torneo de Carcassonne -uno de los juegos de tablero y estrategia más populares, relativamente sencillo y publicado por primera vez en 2000-, y el éxito de la experiencia ha convencido a uno de sus impulsores, Antonio Cervera Catalán, a repetirla el próximo año y plantear nuevos proyectos.

En ese primer torneo de Carcassonne, en el que resultó vencedor Carlos Quintillas Bertolín, participaron 16 personas -una cifra enorme teniendo en cuenta el tamaño de Rubielos y la popularidad del juego, que al fin y al cabo solo es conocido por los aficionados a este tipo de ocio-. Mucha gente que no conocía el juego se interesó por él y por próximas convocatorias parecidas.

Cervera ha puesto en marcha un perfil de Instagram, @dadosycubilete_rm, donde publica alguna reseña sobre juegos de tablero e irá dando a conocer los nuevos proyectos del grupo.

Por el momento está desarrollando, junto a una serie de colaboradores de Rubielos, una batería de preguntas y respuestas sobre Rubielos de Mora para organizar un torneo este mismo verano. Sería un juego basado en el formato del Cesta y puntos, un programa que emitió TVE entre 1965 y 1971 que enfrentaba a equipos de cinco personas con preguntas, respuestas y rebotes. “Se trataría de combinar una serie de preguntas sobre cultura general, y otro bloque que tuviera que ver con Rubielos, con toponimia, historia, personajes, tradiciones...”, explica Cervera.

El objetivo sería jugar el torneo entre mitad de julio y agosto, en varias sesiones cortas, e incluso proponer a los diferentes bares de la localidad que patrocinaran un premio para el ganador a cambio de que cada ronda tuviera lugar en un bar diferente.

El trofeo del I Torneo Carcassonne Dados y Cubilete representa un ‘token’ del juego

Y una tercera cita a la que le da vueltas Dados y Cubilete es organizar un torneo a un tercer juego, todavía sin decidir, que se jugaría entre septiembre y octubre, cuando durante el otoño se reduce drásticamente la oferta de ocio en los pueblos de la provincia. “Estamos dándole vueltas a qué tipo de juego podría ser, que fuera distinto a Carcassonne y al de preguntas y respuestas de verano, pero que al mismo tiempo fuera lo suficientemente sencillo como para que lo pudiera jugar mucha gente sin necesidad de explicar las reglas antes de cada sesión”, afirma. “Incluso estamos barajando algún formato un poco más loco, tipo liga, que se desarrollara a través de varias jornadas, aunque es algo que tenemos que pensar bien antes de lanzarlo”.

Antonio Cervera desciende de Rubielos y Teruel, aunque nació en la provincia de Alicante y actualmente está afincado en Valencia. No obstante pasa en Rubielos la mayor parte de los fines de semana y puentes, y asegura que se sorprendió durante el torneo de Carcassonne de febrero del número de personas que lo jugaban. “Pensaba que sería bastante desconocido y que solo jugábamos nosotros en el bar, pero me he dado cuenta de que hay más gente que lo juega de lo que pensaba”, explica. “También hay grupos de chavales jóvenes que juegan a juegos de tablero como el Risk u otros. En ese sentido me sorprendió gratamente”.

Los juegos de tablero, sobre todo los más avanzados, no son la forma de ocio más extendida especialmente entre la juventud, aunque Cervera reivindica las indudables ventajas que presentan. “No solo por el elemento social que tienen, de hablar con amigos en torno a un juego, sino que hay muchos profesionales de la educación que desde hace tiempo utilizan los juegos de tablero como herramienta educativa”, afirma. No son pocos los estudios científicos que evidencian que los juegos grupales de tablero ayudan al desarrollo del pensamiento lógico, las habilidades sociales, la matemática, la empatía, el pensamiento lateral y un buen montón de capacidades, al tiempo que provee de un entretenimiento de calidad, adaptable, nada peligroso y barato en comparación con otros.