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La cuenca del río Guadalope entra en situación de alerta por sequía y la del Matarraña ya está en prealerta La cuenca del río Guadalope entra en situación de alerta por sequía y la del Matarraña ya está en prealerta
Índice de escasez de agua en las cuencas del Ebro, con datos actualizados a 31 de enero de 2024

La cuenca del río Guadalope entra en situación de alerta por sequía y la del Matarraña ya está en prealerta

La situación de sequía y falta de precipitaciones en las cuencas turolenses del Ebro empiezan a ser preocupante
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La situación de sequía y falta de precipitaciones en las cuencas turolenses del Ebro empiezan a ser preocupantes. La ausencia de lluvias en lo que llevamos de invierno ha hecho que dos cuencas hayan entrado en situación de alerta (la del Guadalope) y de prealerta (la del Matarraña). Ambas presentan, además, un deterioro paulatino de las reservas hídricas en sus embalses.

De acuerdo con las aportaciones hídricas de los tres últimos meses, las unidades que se encuentran en situación de sequía son tres en la provincia de Teruel y se encuentran en los ríos Guadalope, Matarraña y Martín, si bien en la primera cuenca tan solo estaría en situación de alerta la cuenca media y baja, al encontrarse el embalse de Caspe (cuenca baja del Guadalope) con 40 hectómetros cúbicos almacenados, lo que representa casi el 50% de su capacidad de almacenamiento. En este caso, según el Índice Mensual de Escasez que elabora la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Caspe habría entrado en situación de prealerta.

En el resto e los embalses de la cuenca,  Calanda se encuentra en este momento con 21,8 Hm3  almacenados (está al 40%); La Estanca, con casi 6 Hm3 (81%) y El Puente de Santolea con 8 Hm3 (46%). Gallipuén cuenta con 2 Hm3 (62%) y de la presa del Cañón no se aportan datos al estar en periodo de carga, mientras que el embalse de Santolea contaría actualmente unos 9 Hm3, según valoró el presidente del Sindicato Central de la Cuenca del Guadalope, José Fernando Murria. En total, algo más de 80 Hm3 para empezar a regar las 15.000 hectáreas de la cuenca esta primavera, una cifra que está lejos de los 120 Hm3 que habitualmente tiene reservadas a estas alturas del año el Guadalope para empezar la campaña de riegos.

Informe mensual

Según el Informe mensual que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) elabora para analizar los indicadores de sequía, la parte más oriental de la cuenca, la más mediterránea, es la más castigada por la falta de precipitaciones en lo que llevamos de año hidrológico y la que se encontraría en situación de sequía prolongada natural por falta de aportaciones. Y entre las cuencas más afectadas en este caso se encuentran los ríos Martín, Guadalope, Matarraña, Aguas Vivas y Huerva, además de la cabecera y eje del Ebro.

En cuanto a la situación de escasez de agua, determinada por indicadores de reservas embalsadas y otras aportaciones, la situación más complicada en las cuencas turolenses se encuentra en el Guadalope alto y medio, con un deterioro “lento” y progresivo, según el informe del organismo de cuenca, que coincide con la falta de aportaciones hídricas. En este caso, la CHE mantiene la emergencia para unidades del río Huerva y Segre y de alerta para la Cabecera y eje del Ebro, así como para el Guadalope alto y medio.

Para la cuenca del Guadalope, el informe puntualiza que para determinar los indicadores de sequía se han tenido en cuenta los volúmenes de agua embalsada en la presa en puesta en carga de El Cañón de Santolea.

El informe del organismo de cuenca deja en situación de Sequía los embalses de Pena (Matarraña), Santolea, Puente de Santolea (Guadalope) y Cueva Foradada (Martín), mientras que el Índice Mensual de Escasez sitúa en Prealerta por reservas hídricas a los embalses de Mequinenza y Caspe, así como al embalse de Pena (cuenca del Matarraña). Mientras, en situación de alerta se encontraría  Santolea, Puente de Santolea y Calanda (cuenca del Guadalope).

Regantes y usuarios esperan que la entrada del temporal anunciado para los próximos días mejore la situación de los embalses. La memoria mensual de la CHE señala que, desde un punto de vista social, existe preocupación por la proximidad de la campaña de riego, si bien el abastecimiento a la población en las zonas en situación de alerta puede considerarse garantizado. En cualquier caso, se recomienda adoptar medidas de concienciación y ahorro, especialmente en las zonas en alerta y emergencia, ya que algunos pequeños municipios de estas áreas pueden seguir sufriendo problemas.

El presidente del Sindicato de la Cuenca del Guadalope, José Fernando Murria, reconoció que el sector está preocupado después de “haber pasado años buenos durante la construcción de la Presa del Cañón”. No obstante, destacó que “este año se está retrasando mucho el agua y ha habido que regar lo que se ha plantado porque no crecían”.

Cereales de El Plano

Este caso se ha dado en los cereales del Plano de Alcañiz (zona regable del Canal Calanda-Alcañiz), donde los agricultores han utilizado la mitad de la reserva que tienen autorizada este año desde el embalse de Calanda (3.500 metros cúbicos) para que lo sembrado empiece a salir, tal y como explicó uno de los agricultores afectados, Cristian Záforas. Este productor indicó que “este año solamente se nos ha asignado ese cupo de agua cuando normalmente teníamos 7.000 metros cúbicos para regar”.

En relación a este volumen de agua, Murria señaló que “si llueve la semana que viene, que es lo que esperamos todos, ese cupo se puede reconducir, en función de cómo se llenen los embalses tras el temporal que se avecina”. Según el presidente de los regantes,  “en el caso del cereal, no se suele emplear agua de riego para que salga tras la siembra, pero esta vez ha sido necesario porque no ha llovido nada; ahora tendrán otro riego en primavera”.

Murria consideró que la situación de la cuenca baja del Guadalope está mejor que la media y alta, al haber una reserva de agua en el embalse de Caspe de 40 Hm3 . Además, “se está completando la instalación del bombeo con placas solares desde el embalse de Mequinenza al Civán”. En el resto de la cuenca, “es cierto que la situación es alarmante, pero esperamos que empiece el periodo de lluvias”, enfatizó. No obstante, si el agua no es suficiente, reconoció que “empezarán las restricciones y se tendrá que repartir el agua que queda”.

Las predicciones del Observatorio Europeo de Sequía no aportan grandes probabilidades de lluvias. La Dirección General del Agua y Aemet han desarrollado un sistema de predicción hidrológica estacional de aportaciones en régimen natural en las cuencas hidrográficas intercomunitarias, entre ellas la del Ebro, basada en una predicción climática estacional y la predicción de aportaciones para la cuenca del Ebro para los próximos tres meses (febrero-marzo-abril) se situaría por debajo de la aportación media (0,93), con una horquilla entre 0,68 y 1,28, según el informe de situación de sequía elaborado por la CHE.