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Los vecinos de Torrecilla del Rebollar se olvidan por unos días del colesterol

Capolando la carne, una de las tareas más importantes de la matacía

La Asociación Cultural San Cristóbal de Torrecilla del Rebollar celebró el pasado fin de semana la festividad de Santa Lucía de la mejor manera posible: recobrando una de las tradiciones más arraigadas en la población rural en la temporada de invierno: la matacía.

La Asociación Cultural San Cristóbal de Torrecilla del Rebollar celebró el pasado fin de semana la festividad de Santa Lucía de la mejor manera posible: recobrando una de las tradiciones más arraigadas en la población rural en la temporada de invierno: la matacía.

Empezaron con esta actividad hace ya bastante tiempo, pero tras uno años de parón la han retomado de nuevo, apuntó Ignacio Julián, presidente de la asociación, como parte importante de su programación de acciones en invierno, el objetivo es mantener las tradiciones de la localidad.

Unas cien personas participaron durante todo el fin de semana en las tareas que implica llevar a cabo esta tradición eminentemente rural. Paso a paso, desde el despiece del cerdo hasta la elaboración de longaniza, fardeles, que se hace con el hígado del cerdo, morcillas o sangre con cebolla,se fueron llevando a cabo todos los trabajos, en medio de un gran ambiente festivo y de chascarrillos, que, como es obvio, tuvieron también en cuenta la elaboración de la comida típica de esa jornada en la que se asan y preparan determinadas partes del cerdo que se consumen en ese momento.

Desde las nueve de la mañana los vecinos fueron acercándose al pabellón municipal para colaborar en todas las tareas a realizar. Los más madrugadores se desplazaron hasta Calamocha para buscar la canal del cerdo, que pesaba más de 100 kilos, según explicaron los responsables de la jornada. En un abrir y cerrar de ojos todo estaba organizado y cada uno de los participantes sabía cuál era el paso siguiente. Se dejaba notar que había gente con mucha experiencia en esa tarea, antaño tan imporante para las economías de los hogares rurales turolenses.

Las mujeres se dispusieron en grupos para realizar diferentes faenas, unas a cocer el arroz para las morcillas, otras con la cebolla, el "apaño" para las morcillas, a cocer unas patatas que serán parte de la comida de todos los colaboradores, a coser las "correas" para hacer las morcillas y enseñando a los más jóvenes los pasos que debían seguir. Pero también fue importante la labor de despiece y la de sacar la carne para capolarla y hacer las longanizas y, cómo no, una hoguera en el exterior para asar "bocados" con los reponer fuerzas mientras se iba gestando todo el proceso.

La palabra que más se oía es "colesterol" y es que es un día en el que el cerdo es el protagonista y en la mente de muchos de los que elaboran los productos de la matacía surge el remordimiento, pero "un día es un día" y "por un bocado no pasa nada", es el momento de disfrutar de la convivencia con los vecinos y de recuerdos.

Autor: Sara Falo / Torrecilla del Rebollar