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Andorra mantiene viva la llama del carbón con el homenaje al minero más longevo

Hilario Mombiela recibe un recuerdo con la imagen del castillete del pozo de San Juan de Andorra de manos del presidente de la Asociación cultural que organizó el homenaje

Con sus 93 años ya cumplidos, bien abrigado, con una bufanda y con un buen sombrero que le protegía del fresco, Hilario Mombiela, el minero de más edad de Andorra, recibió ayer a mediodía el reconocimiento a sus más de 40 años de dedicación profesional a la minería durante la celebración de Santa Bárbara

Con sus 93 años ya cumplidos, bien abrigado, con una bufanda y con un buensombrero que le protegía del fresco, Hilario Mombiela, el minero de másedad de Andorra, recibió ayer a mediodía el reconocimiento a sus másde 40 años de dedicación profesional a la minería durante la celebraciónde Santa Bárbara. En un día que tuvo como protagonista a la niebla, losactos organizados por la Asociación cultural que lleva este nombre y la Comarcade Andorra para honrar a la patrona de la minería contaron con una exigua asistenciade público.

Hilario Mombiela es el minero más longevo de Andorra. Desde joven trabajóde jefe de tren, de guardagujas y guardafrenos en el ferrocarril minero que desdeAndorra transportaba a diario toneladas de carbón hasta la central de Escatróny después hasta la planta que Endesa construyó en la localidad. Este antiguoferroviario al que el paso del tiempo casi ha quitado la voz contaba cómo durantevarias décadas salieron todos los días de Andorra "cuatro o cincotrenes, de 14 vagones cada uno, llenos de carbón". La minería iba,por aquellos años, y nunca mejor dicho, a todo tren.

Los actos de celebración del cuatro de diciembre en toda la cuenca minera hanestado marcados por el pesimismo como consecuencia de la crisis que atraviesa elsector del carbón y por el nubarrón que se cierne sobre la central térmicade Andorra, de la que depende la comarca entera. En Ariño, por ejemplo, lascelebraciones con motivo de Santa Bárbara se han reducido a la mínimaexpresión y la tradicional hoguera por la patrona prendió finalmente elsábado, tras las dudas iniciales, pero hubo poca alegría a su alrededor.

En el pozo de San Juan

La celebración de ayer en Andorra comenzó con la misa y procesióny siguió a la una de la tarde con la entrega al minero de más edad, aHilario Mombiela, de una estatuilla que representa a escala el famoso castilletedel pozo de San Juan, lugar en el que se realizó el homenaje. Acto seguido,representantes de la asociación y el propio Mombiela colocaron un ramo de floresa los pies de la imagen de la Virgen, todo ello mientras se bailaba el dance deAndorra.

Los asistentes también fueron invitados a comprobar a continuación cómofuncionaba uno de los antiguos simuladores de la central térmica con los queEndesa enseñaba a sus técnicos el funcionamiento de la planta. La maquinariaha sido cedida por Endesa para que la asociación pueda mostrar a los visitantescómo los operarios aprendían a manejar las instalaciones cuando fueronconstruidas a principios de los años 80.

Este simulador no es la única novedad que las naves del antiguo pozo minero,sede del Parque WMINAS, ofrecerán a los visitantes en los próximos meses.La asociación está trabajando en un archivo documental de Endesa de losaños cuarenta y cincuenta. "Se trata de documentación sobre mineríade interior y de la central que podrá consultarse en cuanto esté concluidasu catalogación", comentó el vicepresidente de la asociación,Bartolomé Aglio. Además, anunció que "el año que viene colocaremosun simulador de mayores dimensiones junto a éste para que se pueda ver aúnmejor cómo se entrenaban los trabajadores para controlar los tres grupos dela central de Andorra".

La jornada se vivió, pese a la escasa asistencia, con especial "intensidad",decía Aglio, quien reconocía que "por desgracia cada vez quedamosmenos". Apuntaba este minero jubilado que "el panorama no pinta todo lobien que desearíamos, pero tendremos que seguir luchando para que el Gobiernoapueste por el carbón y Endesa decida invertir para que la central continúe".

Autor: Maribel Sancho Timoneda