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Fruticas de Aragón

Esta semana ha presentado el Gobierno de Aragón un estudio sobre la percepción que tienen los turistas de Aragón como destino. Es un informe en el que se dicen las cosas claras. Habla de lo que es importante para los visitantes y deja patente que hay aspectos que por muy relevantes que nos parezcan a los que vivimos aquí, no tienen gancho. Entre las cosas que valoran está nuestro mudéjar, que para eso es Patrimonio Mundial, el románico o las fiestas de la Vaquilla. Pero ninguna de esas cosas es suficiente por sí misma como para atraer turistas. Los visitantes que llegan hasta nosotros lo hacen por la llamada de la naturaleza salvaje. Los paisajes vírgenes no existen, porque todo está más que pisado, pero sí es verdad que aquí en Teruel –aunque el informe es de todo Aragón– tenemos un gran número de espacios por donde no ha pasado mucha gente. Entre otras cosas porque aunque pasemos todos, somos pocos, y cada vez seremos menos según las previsiones que hace unos días hacía el Instituto Nacional de Estadística. Les gusta el turismo de aventura y aquí encuentran múltiples actividades que se ajustan a sus deseos. Y también descansar, y en eso somos el paraíso. Que no se preocupen los turistas que el pitido del guasap o el timbre de las llamadas no les desalineará los chakras. El informe se refiere a Aragón y dice algunas cosas para pensar. Por un lado que el jamón de Teruel se conoce, pero poco, y del ternasco de Aragón no ha oído hablar ni el Tato. El resto de los productos no aparecen, al menos en el resumen colgado de la web. Los encuestados piensan que en Aragón se come bien, pero no saben muy bien el qué, salvo los más mayores, que mira por dónde el producto que conocen son las Frutas de Aragón. Sí, esos dulces que casi ningún aragonés come. Es un estudio para saber qué buscan de nosotros y así poder dárselo, porque sirve de poco intentar vender lo que nosotros creemos que vende si los que lo tienen que comprar no opinan lo mismo. Eso sí, creen que los aragoneses somos buena gente, que ya es un buen comienzo.