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De copas y de tertulias

De extremo a extremo, así va mi perro Buñuel, que un día se encierra en casa y no quiere saber nada del resto del mundo, y al siguiente le da por salir, irse de copas y enfrascarse en tertulias que se prolongan hasta altas horas de la madrugada. Así lo hizo la semana pasada, pero me temo que ahora está en proceso de recogimiento porque me dice que se siente como se debió de sentir su tocayo Buñuel, el cineasta, cuando regresó a España para rodar una película todavía en la dictadura. Eso sí, los días que ha salido le han sentado muy bien. Luce otro color y hasta los ojitos le brillan de felicidad. Estuvo por Zaragoza y recorriendo varios pueblos de la provincia. Se animó incluso a bajar a la mina del Museo Minero de Escucha, a pesar del miedo que le daba adentrarse en las profundidades de la Tierra. “¿No me saldrán dinosaurios, verdad?”, me decía agarrándome con fuerza el brazo. “No te preocupes, que las bestias de este mundo no son los dinosaurios, sino algunos inútiles que no dejan vivir a los demás”, quise tranquilizarle. Donde mejor se lo pasó fue en Zaragoza. Primero estuvo en el Café Levante, todo un templo de la intelectualidad zaragozana, en cuyos sótanos se han reunido algunas de las tertulias con mayor solera de la ciudad, como la Tertulia Cinematográfica Aragonesa. Allí empezó a oír hablar de Buñuel, el de Calanda, y se quedó boquiabierto no solo de las cosas que contaban de él sino del entusiasmo que al hablar sobre el cineasta mostraban los contertulios. Luego estuvo en otra tertulia desenfadada en el Casco Viejo y volvió a salir el nombre del realizador calandino. Allí descubrió que puede saber más cualquier persona anónima que el más estirado de los críticos cinematográficos o de los personajillos que se pasean por los festivales aparentando lo que no son ni nunca serán. “La sabiduría popular es grande”, me dijo. El lunes se vio Viridiana y se reía de la anécdota del final, que fue censurado y el que propuso la censura resultó ser mucho más demoledor. Eso demuestra lo tontos que pueden ser algunos por su ignorancia.