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El perro de las santas narices que me ha tocado en fortuna criar, aunque también en desgracia porque a veces es insoportable, ha tenido una idea genial. A?Buñuel no se le ha ocurrido otra cosa que proponer un proyecto para el desarrollo de gran parte de la provincia de Teruel inspirándose en la trufa. Para ello está dispuesto a entrenar a un grupo de amigos, todos ellos perros por supuesto, que serían los encargados de localizar los tesoros que hay ocultos por todo el territorio turolense para sacarlos a la luz. La idea la tuvo el pasado domingo cuando estuvo en El Castellar y vio a tanta gente ilusionada detrás de las pisadas dejadas por los dinosaurios hace millones de años. “Esto tiene tirón -me dijo-, aquí hay negocio, quien no lo vea es que está ciego”. Me lo comentó mientras hacía el DINOpaseo que hace un año se inauguró en este pueblo de la comarca de Gúdar-Javalambre y en el que el domingo se celebró el Día Internacional de los Museos por iniciativa del Museo Aragonés de Paleontología. Cuando se enteró de que al final del recorrido se iba a encontrar con un hueso gigantesco de dinosaurio se puso muy emocionado. A Buñuel le encanta encontrar huesos y por eso pensó que al igual que hay perros truferos puede haber canes paleontólogos. “Si los perros ayudan a los truficultores a encontrar las trufas, nosotros también podríamos ayudar a los paleontólogos a encontrar los huesos de los dinosaurios, excavarlos, y hacer cosas tan chulas como el DINOpaseo de El Castellar”, argumentó Buñuel con rotundidad. Parece mentira que un perro sea capaz de ver esto y otros no, aunque la diferencia está en la inteligencia, no en la especie a la que se pertenece, por más que a una de ellas los científicos la denominaran sapiens por error. Claro, mi perro estuvo allí el domingo, vio el museo al aire libre que han hecho, los proyectos de turismo rural que están poniendo en marcha los vecinos y la gente del entorno, y algo importantísimo en lo que debiera apoyarse cualquier iniciativa personal, económica, social o política: la ILUSIÓN. Mi perro no llegará lejos en esta vida porque no deja de ser un chucho, pero ojalá algún día tuviera responsabilidades porque sabe ver las cosas a diferencia de otros.