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De Toulouse al Taller de Arqueología de Alcañiz para estudiar los vestigios de Mas de Moreno (Foz Calanda)

La arqueóloga muestra un jarrón.

Elaborar una tipología del estilo de cerámica de época ibérica denominado Azaila que guarda relación con los materiales hallados hasta la fecha en el alfar íbero-romano de Mas de Moreno (Foz Calanda), considerado uno de los más importantes del Mediterráneo Antiguo por los indicios de tecnología y producción encontrados en las excavaciones.

Elaborar una tipología del estilo de cerámica de época ibérica denominado Azaila que guarda relación con los materiales hallados hasta la fecha en el alfar íbero-romano de Mas de Moreno (Foz Calanda), considerado uno de los más importantes del Mediterráneo Antiguo por los indicios de tecnología y producción encontrados en las excavaciones. Este, junto a la delimitación cronológica exacta del yacimiento, es el objetivo de la tesis doctoral de la arqueóloga Charlotte Sacilotto, que ha pasado dos semanas entre las vasijas, jarras, cuencos, ánforas y figuritas de cerámica que custodia el Taller de Arqueología de Alcañiz

Sacilotto hace su doctorado en la Universidad de Toulouse pero estudió la carrera en la Universidad de Burdeos, que lleva desde 2004 colaborando en el proyecto de investigación del Consorcio Patrimonio Ibérico de Aragón. Gracias a él, en los últimos años se ha podido confirmar la importancia que tuvo el alfar de Foz Calanda, cuya antigüedad podría remontarse a los siglos IV y III a.C., aunque será trabajo de la doctorando determinar su cronología exacta

Se han descubierto restos de hasta once hornos cerámicos en los que habrían trabajado los habitantes del poblado ibérico del Cabezo de la Guardia de Alcorisa -otra hipótesis a confirmar-. Junto a ellos se han hallado posibles almacenes de arcillas ya depuradas para su conversión en ánforas a lo largo de 50 metros lineales, además de un canal para llevar el agua para hacer la pasta. También han aparecido improntas de edificios y naves de madera para la manufactura de la cerámica, acopios de arcilla preparada para su uso o testares con miles de fragmentos de vasijas. Todo ello da cuenta de que estos hornos fueron de los más importantes de toda la península

El yacimiento fue descubierto por Monserrat Martínez en los años 80 del siglo pasado. Desde 2004 ha sido sometido a un proyecto de investigación rutinario bajo la dirección del profesor de la Universidad de Burdeos Alexis Gorgues y del gerente del Consorcio, José Antonio Benavente, Las investigaciones confirman la existencia de un importante centro alfarero que probablemente abasteció de excelentes cerámicas a las más importantes poblaciones de su entorno

Se han localizado elementos cerámicos cocidos en estos hornos en todo el Bajo Aragón, pudiendo haber llegado incluso hasta el Cabezo de Alcalá de Azaila. Los arqueólogos los reconocen por el sello Ilturatin, que vendría a ser la marca o la denominación de origen del producto horneado

Además de elementos de envase de alimentos líquidos y sólidos, en el yacimiento han aparecido figuritas de arcilla cocida de unos cinco centímetros entre las que se identifican animales como un toro o buey, un caballito y un carnero, así como un brazo de una figurita humana que podría corresponderse a una muñeca. Los expertos entienden que es muy significativo que hayan aparecido tantas piezas juntas

El año pasado también apareció un dado de arcilla cocida de 2,5 centímetros con un símbolo ibérico en cada una de las seis caras. La hipótesis es que estos signos pudieran asociarse a numerales de época ibérica, de los que apenas se tiene información, Se sabe cómo suena su lengua, pero no la traducción. Que en una sola pieza aparezcan seis signos que se podrían corresponder con los números del uno al seis puede suponer una aportación interesante para conocer la lengua ibérica, según señalaron los responsables de las excavaciones.

"Actualizar la definición"

Con todo este material, Sacilotto pretende "actualizar la definición del estilo Azaila" de cerámica del que formarían parte las abundantes piezas encontradas en el Cabezo de Alcalá de la localidad del Bajo Martín, y en otros como El Palao. "Sólo hay catálogos sobre Azaila, pero no una tipología", dijo la arqueóloga. La segunda va más allá de una simple enumeración. Se trata de un método científico que estudia los diversos utensilios y otros objetos (cerámica, piezas de metal, industrias líticas y de los huesos, etc.) encontrados en las excavaciones, agrupándolos y ordenándolos o clasificándolos en función de sus características cuantitativas (medidas) y cualitativas (morfología, materias primas, técnicas de fabricación, etc.), con vistas a su distribución en clases definidas por tipos de modelo

Otro objetivo de la arqueóloga es estudiar las relaciones entre poblados, comparando las cerámicas (formas, decoraciones, símbolos) aparecidas en Foz Calanda y otros yacimientos de la Ruta Íberos en el Bajo Aragón para comprobar la hipótesis de que pudieran haberse producido en el potente alfar. "Producía mucho, pero probablemente no lo suficiente como para abastecer a todo el Bajo Aragón", apuntó la experta. Lo que sí se sabe es que la calidad de las piezas era excelente hasta que llegó la romanización, que apostó por la cantidad reduciendo la calidad

"Conozco algunos hornos, pero alfares así no he visto ningún otro", aseguró Sacilotto, que ya hizo sobre este yacimiento el trabajo final de un máster de la Universidad de Burdeos. "Me interesa estudiar la cerámica que yo misma he encontrado. Estas cosas necesitan ser estudiadas", explicó. Lleva desde 2008 participando en las campañas y cree que, de hacerse una excavación que fuera más allá de 15 o 20 días anuales, se seguirían encontrando elementos relevantes en Foz

Tras el estudio de las últimas dos semanas, Sacilotto tiene previsto volver al Bajo Aragón para seguir recogiendo datos.

Autor:Marcos Navarro / Alcañiz