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Tres meses más para acabar las obras de la ermita del Calvario de Alcorisa

Ermita del Calvario de Alcorisa y paisaje aledaño

El 11 de marzo de 2016 es el nuevo plazo para que el Instituto Aragonés de Fomento (IAF) haya terminado las obras de consolidación estructural de la ermita del calvario y la casa del ermitaño ubicada en Alcorisa, una actuación que ha acumulado retrasos por la aparición de patologías que hacen peligrar la estabilidad del edificio y su habitabilidad.

El 11 de marzo de 2016 es el nuevo plazo para que el Instituto Aragonés de Fomento (IAF) haya terminado las obras de consolidación estructural de la ermita del calvario y la casa del ermitaño ubicada en Alcorisa, una actuación que ha acumulado retrasos por la aparición de patologías que hacen peligrar la estabilidad del edificio y su habitabilidad.

Así se recoge en el decreto de 15 de diciembre del Gobierno de Aragón por el que prorroga la encomienda de gestión que en octubre de 2014 hizo el Departamento de Obras Públicas, Urbanismo, Vivienda y Transportes al IAF para la ejecución de actuaciones de restauración de patrimonio de interés arquitectónico con cargo al Fondo de Inversiones de Teruel (Fite). Se trataba de once intervenciones en diferentes municipios turolenses con una partida global de 1,5 millones de euros, de los que 169.741,51 se destinaron a la obra en el Calvario de Alcorisa.

La encomienda de gestión se justificaba en que de esta forma se agilizaría la gestión de las obras, dándole al IAF la posibilidad de licitar y adjudicar los trabajos. En junio de 2015 se adjudicó la obra por un importe de 155.703 euros y las labores comenzaron en verano. Sin embargo, tal y como refleja el decreto de 15 de diciembre -precisamente la fecha prevista para el fin de la encomienda- publicado el 23 de diciembre en el Boletín Oficial de Aragón (BOA), "la ejecución de la obra ha acumulado retrasos que se encuentran acreditados e informados en el expediente, habiéndose ejecutado aproximadamente hasta el 30% de la obra prevista". Este incumplimiento de plazos se justifica con la "aparición de patologías que hacen peligrar la estabilidad del edificio y su habitabilidad".

Desaconsejan parar la obra

El decreto asegura que es "absolutamente desaconsejable paralizar la obra", según los técnicos, "bajo amenaza grave para la estabilidad y seguridad del edificio, incluso para su propia pervivencia", existiendo riesgo cierto de que, en las condiciones climatológicas del invierno, "pueda sufrir daños irreparables, incluso la pérdida total del bien inmueble protegido que se pretende restaurar".

Por todo ello, se considera necesario prorrogar la encomienda de gestión, si bien con cargo exclusivamente al presupuesto ya aportado por el Gobierno de Aragón procedente del Fite. En este mismo programa estaban incluidas obras de mayor relevancia, como la restauración de las iglesias de Samper de Calanda (573.894,44 euros) y de Urrea de Gaén (233.122,68 euros).

El Consistorio discrepa

El Ayuntamiento de Alcorisa, por su parte, asegura desconocer los detalles de la actuación en la ermita del Calvario, ya que "esta obra se ha contratado desde el Gobierno de Aragón", dijo el teniente de alcalde, Luis Peralta, quien no obstante indicó que las obras se centran "en la parte trasera de la ermita, donde hace años vivía una familia que se dedicaba a su mantenimiento".

"Hace poco el Ayuntamiento colaboró para la reparación de la cubierta", por lo que "peligro no es que corriera. Pero han decidido invertir ahí alrededor de 30 millones de pesetas cuando a la parte trasera no se le da ningún uso ni se le va a dar. Si hubieran pedido opinión al Ayuntamiento igual ese dinero podría haberse destinado a otro sitio", dijo el edil, dejando a las claras el malestar del Consistorio.

La ermita del Calvario de Alcorisa es un edificio barroco del siglo XVII de una sola nave con dos capillas laterales, la de la derecha con linterna octogonal, que se comunican mediante sencillos arcos abiertos en las paredes. La fachada, el zócalo y las esquinas del templo son de cantería; el resto, de ladrillo. El acceso se realiza a través de un sencillo arco de medio punto, definido por grandes dovelas, sobre el que se dispone una gran espadaña decorada con motivos realizados en ladrillo. Forma conjunto con el Vía Crucis -donde cada Viernes Santo se representa el tramo final de la Pasión- y con la cercana y pequeña ermita de San Juan. El entorno es de gran interés paisajístico.

Autor:Marcos Navarro / Alcañiz